VICENTE PARIS MORLÁ
Aproximadamente
en 1885 funda en Camposancos (La Guardia) una factoría dedicada a la
elaboración de embalajes de madera para el envasado de la pasa con destino a la
exportación en la ciudad de Denia. Esta factoría que se llamó La Armona se
conserva todavía en las orillas del río Miño y para su funcionamiento se
desplazaron a Galicia bastantes operarios de Denia, entre ellos su administrador
José Armell. Al poco tiempo de instalar esta factoría se amplió el negocio con
barcos de pesca, importación de maquinaria y otros.
Vicente Paris con su nieto Vicente en
brazos
Vicente Paris Morlá
aparece por Calpe alrededor de 1915 y compra el peñón ( la
roca) a Gregorio González de Altea por 5000 reales ( eso es lo que nos han
contado) .
Pero, en
el Registro de la Propiedad consta que el titulo de propiedad del peñón fue por
decisión judicial, por demanda en el Juzgado de 1ª Instancia de Gandia contra
Maria e Isabel Boronat Roselló, vecinas de Valencia; Miguel Boronat Roselló,
vecino de Gandia y Pedro Boronat Roselló, vecino de Alcoy, todos ellos herederos
de José Boronat Garcelá sobre declaración de dominio de la finca. Se dictó
sentencia el día 19 de Diciembre de 1918 por parte de Don Luis Zapater Rodriguez.
Además el mismo Llopis nos cuenta de que en 1858 al anochecer y al paso de la
reina Isabel II el vecino de Calpe Francisco Roselló encendió una hoguera en la
cumbre del peñón como saludo a la reina. Este hombre trabajaba en las laderas
del monte. Trece años después (1871) nos encontramos que existe un tal Ignacio
Roselló como propietario de parte de la ladera y también es coincidencia el que
los que pleitean con Paris se apelliden Roselló. Así mismo en 1916 existía una
propiedad a nombre de Ursula Crespo Roselló de la que más adelante hablaremos. Como la roca sin las
tierras del istmo no le servían de nada entabla negociaciones con Joaquín Sala
y su esposa Maria Sala propietarios de casi toda la ladera. Estas tierras eran
herencia de Vicente Sala Narbó que a su vez las deja a sus hijas Maria y
Francisca Sala Ferrer. Vicente Paris compra a Maria las tierras de la ladera
donde construye las dos casas. En una segunda ocasión compra a Maria más
terrenos para construir la carretera de acceso a las dos nuevas viviendas. El
matrimonio Sala Sala se reserva las tierras de alrededor de la casa solariega,
que estaba ubicada en lo que hoy es el chalet propiedad de la Generalidad
Valenciana. Finalmente, compra las tierras propiedad de Francisca que comprendían
desde las murallas hasta el puerto. Cada una de las adquisiciones las hace Paris
por una cantidad que oscila entre 2.500 y 3500 pesetas.
El Peñón en la década de los años 40
Arriba a la izquierda la casa del casero y a la
derecha la de París
Joaquín Sala le
proporciona a Paris los albañiles que le construyen su vivienda y la del
casero. Son estos Andrés Ortolá Ivars, Miguel Zaragozí y Andrés Bertomeu,
entre otros.
Se da la circunstancia que
se construyen las dos casas antes de hacer la carretera, con lo cual tienen que
subir todos los materiales con diez o doce burros por el antiguo camino de
herradura utilizado por la familia Sala durante décadas para el cultivo de los campos de la
ladera, plantada mayoritariamente de higueras y viña para vino.
La arena la subía el
“ti Pata” desde los Baños de la Reina y se cuenta la siguiente anécdota
sucedida al preguntarle el “ti Pata” a Vicente Paris.
“Don Vicent, astó li costará molt” refiriéndose
al acarreo de todo el material a lomos de caballerías. Paris le hizo coger un
puñado de arena del montón y le preguntó, ¿a qué no se nota?. Pues a mí
tampoco se me nota en el bolsillo todo este gasto.
Como hemos apuntado, Vicente Paris había hecho
una gran fortuna durante la primera guerra mundial. Tenía una flota de siete
barcos con los que se dedicaba a traer madera y contrabando desde el extranjero
a Galicia y de allí, embarcaba la
madera a Gandia. En Gandia tenía talleres de carros, aserraderos, fabrica de
conservas, fincas y edificios en Gandia, Denia y Valencia. En Valencia poseía
una fábrica de cemento. Su fortuna-oficialmente declarada- estaba calculada en
20 millones de pesetas. Pero, cuando por esas fechas suben los jornales en toda
España vende todos sus talleres, fabricas, serrerías, etc.
Cuando tuvo terminadas las
dos casas le preguntó a Joaquín Sala por un hombre de confianza para casero de
la finca y Joaquín le recomendó a Andrés Ortolá Ivars, abuelo del que
suscribe.
Andrés Ortolá y Remedios Avargues con sus hijos Remedios, Pepe ( mi padre),
Pepa, Maria,
Juanito y Pedro. Falta Andrés.
El objeto que más les
costo subir a la casa, fue una enorme pianola que trajo el tren y que cargaron
unos 15 hombres por el incomodísimo camino de herradura.
Al poco tiempo emprendió
la ingente tarea de construir un túnel para poder subir al peñón. Un joven de
nombre Mateo Ivars subió por unas sogas que colgaban desde las peñas, para
explicarle a Paris lo que se veía al otro lado. Este joven era hijo de una
vecina del “ti Paris”, Ursula Crespo Roselló la “tía Sola”. Que por
cierto, no consintió en nunca en venderle cuatro bancales (donde está el
aparcamiento del Aula de la Natura) que tenía al lado de la casa Paris. Su hijo
Mateo se los vendió a Mas Capó.
Era proverbial la tacañería
de don Vicent. Nunca consintió el subirle el sueldo al casero que cobraba 3
pesetas al día y que además, esperaba para pagarle a última hora siempre. Ya con un pie
en la tartana en sus viajes semanales a sus fincas de Gandia o Denia.
Cuando suben los jornales
de 3 a 3,50 pesetas al día, despide a todos los hombres que tenía trabajando
en Ifach y abandona todas las tierras. En aquel momento tenía gran cantidad de
viña y una buena bodega en la que pasaba el día haciendo experimentos con los
caldos.
Pepa, Remedios y Maria
en los jardines de la Casa Paris.
La relación que tenía
con la gente de Calpe era prácticamente nula, solamente con Joaquín Sala,
Cosme Jorro Ripoll y algo con Vicente Buigues Ferrando , el “ti Marguí”, el
cual le pidió dinero ya que arrastraba dificultades en las salinas y la
respuesta de Paris fue; Vicent si te dejo dinero perderé al amigo y al dinero.
Así que nada.
En cierta ocasión Paris
sacó un buen vino y subieron a Ifach el señor Cosme, Juan Rostoll (el cura),
Ambrosio (jefe de la Estación) y el Contramaestre de Marina, con la intención
de probar el vino. La realidad fue que los entretuvo con la pianola toda la
tarde y se fueron igual que habían venido. Sin catarlo.
Mi padre (José Ortolá)
tampoco guarda muy buen recuerdo del “ti Vicent”. Con sólo 7 años (1920)
tenía que llevarle el correo a Calpe y si la carta era urgente, llevarla al
tren y entregarla al Jefe de la Estación Ambrosio Ferrándiz. Si se entretenía por la carretera, Paris que se
pasaba el día oteando con unos prismáticos desde la terraza, lo primero que
hacía era llamar a mi abuelo para que reprendiera a su hijo. Así que las
primeras bofetadas se las debe al “amo”.
En 1925 se trajo un barco
desde Galicia. El San José, equipado con un motor Tuksan de 80 HP. Este barco
fue la gran novedad en Calpe, acostumbrados a las parejas de vela. Puso al mando
de la embarcación a Antonio Boronat (Toni “la Soliguera” ) y debido a desavenencias con el
patrón por un simple “rancho” de pescado, vendió el barco de la noche a la
mañana a unos de Gandia.
La casa de
Vicente Paris en la ladera del Peñón
Entre las muchas anécdotas
que se podrían contar de la vida de Paris en su feudo de Ifach, cabría contar
un par de ellas que hacen referencia a su tacañería. El “ti Vicent” pasaba
una semana en Ifach y otra en Gandia o Denia. Pues bien, se compró una radio
enorme y en vez de tener una en cada casa. Trasladaba esta cada semana, bien a
Gandia o a Denia y vuelta a Ifach. El procedimiento era el siguiente; Paris iba
en la tartana con el casero, como la carretera estaba llena de hoyos y la
tartana saltaba mucho y el no quería que la radio se estropease, mi tío Andrés
iba con el mulo detrás llevando la radio dentro de la “saria” hasta el
tren. Hay que decir que la radio no tenía mucho éxito, a pesar de la altura y
de llenar los alrededores de la casa de cables a modo de antenas. Puso hasta un
molino de viento con el que generaba electricidad.
Nombramiento de Andrés Ortola Ivars como Guarda Jurado
del Peñón
(clic
para ampliar)
Paris tenía autentica
obsesión por que no le tocaran nada de lo suyo. En la temporada de los melones
era capaz de contarlos todos los días. Igualmente vigilaba la uva de mesa y las
brevas. Las broncas al casero por creer que alguien (los hijos del casero) le
tocaba las frutas eran frecuentes. Llegó a talar dos enormes higueras que había
junto a la carretera por que los que subían se comían los higos.
De sus cinco hijos,
solamente tuvo descendencia su hijo Bautista. Sus descendientes viven
actualmente en Gandia.
Maria
y Remedios junto a Vicente Paris Navarro
El Peñón de Ifach fue
oficialmente vendido por Vicente Paris Navarro a José Más Capó en Diciembre
de 1951. El precio pagado fue de 1.600.000 pesetas. Aunque existen algunos
interrogantes en el aire a ese respecto.
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