La
Insaculación
Abril de 1815.
José
Avargues de Roque, Domingo Ortiz, Francisco
Zaragoza, Pedro Boronat, y Roque Martínez vecinos
y labradores de
Calpe.
Que
en la expresada villa son tales y tanto los
debates y contiendas que se suscitan por las
elecciones de justicia que han llegado a dividir
al pueblo en facciones y partidos tan acalorados
que producen los mas fatales consecuencias cuyos
resultados funestos es además el entorpecimiento
de los negocios públicos, y la falta notable de
la mas recta administración de justicia, por que
no se administra con toda aquella imparcialidad
que corresponde por hallarse estancados los
oficios en la facción y partido mas dominante que
siempre procuran tener en sujeción a los demás,
he impiden que los honores y cargas, circulen como
deben, entre todos los vecinos. Para redimir tales
y tantos males, no parece hay otro arbitrio que la
insaculación. Remedio saludable para disipar
facciones y partidos, y para que la justicia y
gobierno de los pueblos se pongan sin
acepción de personas en aquellos que sean mas a
propósito para desempeñar tan importantes cargos
y mantener y conservar el orden publico, y la
tranquilidad de la familia …..
Estos vecinos nos dicen que
la Villa de Calpe la componen 300 vecinos ( unos 1300 habitantes) de ellos
más de 110 son terratenientes y solicitan la insaculación (remedio
saludable para disipar facciones y partidos, dicen ellos) por 5 años.
Este documento fue dirigido
al rey Fernando VII y lleva fecha del día 4 de Abril de 1815.
La elección por insaculación nos puede
resultar hoy en día chocante, pero durante siglos ha funcionado en España y en
algunos lugares funcionaba así;
"Cada
año, en primero día del mes de enero , se reunían en el ayuntamiento, como
lo an de uso y costumbre, los miembros del cabildo
saliente, acompañados del
cura. Y una vez reunidos y en presencia del
escribano que tomaba nota de todo (
dixeron que por quanto oy es día de año nuebo y
es costumbre azer tal dia como
oy la elecçión de alcaldes hordinarios y demás
oficios) se sacaba un arca
guardada durante todo el año que contenía un cántaro
dentro del cual había unas
bolas de cera. En el interior de cada bola, estaba
el nombre de un vecino de la
villa. Se abría primero el arca con dos llaves: una la
custodiaban los alcaldes
ordinarios y la otra el cura párroco. Se extraía
el cántaro, que a su vez se
abría con las llaves que asímismo
guardaban los alcaldes y el cura: mandaban
abrir dicho cántaro y abiéndolo abierto por sus
merçedes, mandaban que un niño
de edad inocente sacase una boleta por el qual niño se sacaba y sacada por el
dicho cura se
abria la dicha boleta y dezía
el nombre del siguiente alcalde en
amarillo con mas botos. La
persona así elegida se sometía a la confirmación
de los miembros del
ayuntamiento allí presentes: todos unánimes
y conformes dixeron no tener
ynpedimento
alguno por lo cual quedava eleto por
alcalde hordinario desta billa.Y
abiendo acabado dicha eleçión mandavan bolber
dicho cántaro a la dicha arca y
la
çerraban y se entregavan las llabes.
De
igual forma, se procedía a la elección del
segundo alcalde ordinario.
El
procedimiento de insaculación, como acabamos de
ver, consistía en un sorteo,
y servía para elegir cada año a los alcaldes
ordinarios. Pero en este sorteo no podían
participar todos, pues dentro de las
boletas de cera guardadas en el cántaro de las
insaculaciones sólo estaban los
nombres de los "poderosos, o sea, los
labradores ricos, (que) tendían a
monopolizar los cargos. Se formaban
pandillas y bandos, se falseaban
las elecciones, incluso había choques
armados.
A continuación, se elegían los demás miembros
del cabildo por cooptación, es
decir, los cargos salientes elegían a sus
sucesores, siempre dentro del reducido
número de personas que formaban la élite
dirigente de la villa.
Por
último, se llamaba a los elegidos para
comunicarles el resultado de la
elección,
pedir su aceptación del cargo y efectuar la
consiguiente entrega de
varas
de mando.
Andrés Ortolá Tomás
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