LA PESCA EN
PAREJAS
No se sabe con exactitud el origen de la pesca
llamada de parejas, en que dos embarcaciones pareadas y a la vela,
arrastran en popa una red de copo.
En el siglo XIII se usaba en la Albufera de Valencia
un arte de pesca llamado del Gánguil arrastrado por dos
embarcaciones y, posiblemente se extendió su uso con posterioridad, al
mar usando barcos más grandes.
Esta red estaba construida con
esparto y cáñamo y necesitaba teñirse semanalmente debido al
deterioro sufrido y a la mala calidad de los materiales utilizados. La
red se sumergía en una caldera de agua hirviendo a la que se le habían
añadido previamente, trozos de corteza de pino. Estos recipientes
recibían el nombre de
degots.
Todos los rederos
calpinos tenían los medios para teñir las redes de pesca. Los más
conocidos eran los de: el del
tìo Quico el Petit,
el de
Francisco Profeta,
el de Miquel
de Piorra,
el de Gaspar
de Moragues o el de Pepe García,
al lado del actual Ayuntamiento. También existía uno cavado en la piedra
tosca al lado del antiguo Bar Baydal. Este podría ser de uso común en la
zona portuaria.
Parejas calpinas y llauts
A lo largo del siglo XVIII y XIX los pescadores de
parejas sufrieron grandes restricciones y padecieron penalidades sin
cuento. En agosto de 1723 se vedó la pesca de arrastre, bajo pena de 100
libras. Al faltar el pescado en las mesas reales se autorizaron
algunas parejas en el Grao de Valencia en 1738.
Por Real Orden del 5 de enero de 1777 se limitó la
pesca de arrastre desde el 20 de octubre de cada año a Pascua de Resurrección.
Se extendió después a la Pascua de Pentecostes; otra Real
Orden de 1800 la fija desde el 1º de octubre y, últimamente en 1804 se
estableció desde 1º de septiembre hasta fin de mayo. No pudiendo
trabajar los pescadores en este arte, fuera de estas fechas.
Subasta del pescado en la
playa del Racó en los años 30
Durante el
siglo XIX y como ocurriera en la centuria anterior, los métodos de
arrastre se vieron envueltos en una viva polémica mantenida entre sus
detractores y defensores. Quienes practican la pesca del Bou destacan su
carácter inofensivo y la mayor productividad de la pesca de arrastre.
Entre
mediados del siglo XVIII y mediados del XIX llegaron al Ministerio de
Marina dieciocho expedientes a favor y treinta en contra. En ocasiones
las autoridades optaban por prohibir el Bou, en otras proclamaban la
libertad de pesca o fijaban vedas, revisándolas constantemente. A veces
porque surgían graves problemas de abastecimiento en los mercados y, muy
especialmente, cuando razones de orden público aconsejaban satisfacer
las demandas populares.
Nota en la prensa de Agosto
de 1889
En julio de 1818 una
Real Orden expresa
"Que
instruido su Magestad de todos los expedientes que se han podido reunir
sobre la materia y, enterado muy detenidamente de cuanto le ha espuesto
el supremo consejo de almirantazgo en consulta de 4 de septiembre último,
se ha servido de conformidad resolver; quede prohibido por punto
general el ejercicio de la pesca del Bou, Gánguil y otras semejantes".
Pareja
descargando la pesca del día en la playa
En 1865 se aprobó un
Reglamento al que las asociaciones de pescadores calificaron de
"norma
prohibitiva hasta la exageración".
Su articulado trataba de
regular el periodo y los límites para pescar. No se podía faenar a menos
de 12 millas de la costa y debía cesar toda actividad en los meses de
Junio, Julio, Agosto y Septiembre u Octubre, según las regiones.
En estas prohibiciones impuestas a lo largo de más
de 200 años, tuvo mucho que ver los intereses de los importadores de
bacalao del gran banco de Terranova. La abundancia de pescado fresco que
las parejas producían, minoraba el consumo de bacalao. Durante las vedas
de 1818-19 se triplicó la importación de bacalao de Inglaterra, genero
de primera necesidad para la provisión de víveres de los buques de la
armada española.
Las almadrabas de España concedidas exclusivamente a
la grandeza también presionaron para que se prohibiese la pesca del Bou
al entrar en competencia en las provincias del interior con la salazón
del congrio y el lenguado.
En 1867 las
almadrabas caladas en el litoral valenciano proporcionaron más de 500
toneladas de pescado, cantidad que representaba aproximadamente la mitad
de las capturas del momento.
Llauts en Mallorca
A tal punto estas prohibiciones
afectaban a nuestros pescadores, que los liberales de Calpe, requirieron
la ayuda del diputado del distrito, don Baldomero Vega de Soane, que
vino a nuestra villa el 6 de Marzo de 1903, junto a otros importantes
personajes de la política provincial a
escuchar las quejas de
los calpinos. La prensa de la época nos lo cuenta así:
"Numerosa comisión de los liberales de Calpe esperaba a las afueras de
pueblo a los visitantes, marchando todos por dentro de la población al
Casino de la calle del Mar, donde les aguardaba una abundante y selecta
comida, preparada por los señores Jorro, Crespo y otros. Brindaron por
Calpe, por su mejoramiento y por la democracia que representa el señor
Canalejas... Luego visitaron a don Felipe Jorro que no pudo asistir a la
reunión por la reciente desgracia de familia que le aflige. Acompañando
al señor Vega hasta la carretera por numerosos amigos, en donde les
despidió cariñosamente, se dirigió hacia Benisa. Creemos que la visita
del señor Seoane a la vecina población ha de ser beneficiosa en el
futuro para el pueblo de Calpe".
La desgracia a la que se
refiere la prensa es por la muerte del hijo de Felipe Jorro Nomdedeu
hacía sólo una semana. Contaba 20 años. Como las desgracias nunca vienen
solas, Felipe pierde a su hija María (unos 20 años) el siguiente 30 de
Julio. Con la perdida de dos de sus hijos, ( en sólo 5 meses) entra en
una profunda depresión que le llevó a la muerte.
Noticias posteriores,
demostraron que las gestiones del señor Vega de Soane fueron
fructíferas.
El día 6 de Septiembre Vega eleva una petición
al ministro de Marina, y gracias a su directa intervención se obtiene la
pertinente autorización,
al levantarse las vedas que
padecían nuestros pescadores durante muchísimas décadas.
A principios del siglo
XIX,
existían varias clases
de embarcaciones dedicadas a la pesca en pareja. Las de 15 a 25 toneladas
que con un total de 20 hombres y 2 muchachos de 10 a 15 años a bordo
pescaban durante semanas sin tocar tierra Enviaban a tierra el pescado
diariamente y recibían las provisiones por medio de otra barca de menor
porte (4 a 6 toneladas). Habían otras parejas más pequeñas con un
desplazamiento de 6 a 12 toneladas que salían a pescar diariamente.
Las parejas de Calpe eran de las pequeñas y durante
las vedas, algunas se dedicaban al transporte de hortalizas con las
Baleares. Otras aprovechaban para sacarlas en la playa del Bol y
repararlas. También eran muchas las que se dedicaban al transporte de
algarrobas o higos secos hasta el puerto de Barcelona.
Muestra de la solidaridad en
la clase marinera al arrastrar esta barca en la Fosa
Entre la segunda y
tercera década del siglo XX, las
aproximadamente veinte parejas de nuestra Villa dejaron de trabajar en
esta forma al ser reformadas la mayoría de ellas para colocarles
motores. Estos primeros motores que se instalaron tenían como media una
potencia de 40 HP, que venía dada en función a la eslora de las
embarcaciones, que era de unos 14 metros como media.
Parejas existentes en
Calpe a principios del siglo XX:
La Paloma y La Nevera
La María y el Pernales
La Borrega y El
Juanito
El Perellonet y
Fabrilo
El Micalet i Caero
La Giralda i La
Bacora
La Bessona i La Xata
El San José y el San
Pedro
La Vicenta y La Virgen
de las Nieves
La María y las Tres
Hermanas
La Sebera i el Gat
Machaco y Fabrilo
El Colón y la Sta.
María
La Asunción y La
Rosita
La Teresa y el San
Francisco
La Teresa de LLagues y
el San Juan
La Pepita y la Vilera
El Stmo. Cristo y la
Teresa
La Dolores y el Pepe
Ricardito y San José
En los años cuarenta
del siglo XX Calpe tenía unos noventa barcas dedicadas a la pesca de
arrastre. La mayoría, repartidas por los puertos de Andalucía.
Andrés Ortolá Tomás
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