viernes, 15 de diciembre de 2017

APODOS CALPINOS

APODOS CALPINOS

 La función del apellido no es sino la de servir de complemento al nombre de pila para evitar confusiones. En origen, los apodos u otro tipo de denominaciones hacían el papel de apellido, con distintivos tales como "Pedro el hijo de Antonio", "Juan el del Puente", "Luis el Zapatero", etc. Es evidente que la repetición de los nombres de pila hizo necesario el uso de un segundo nombre para distinguir a individuos con el mismo nombre de bautismo.
Probablemente, uno de los recursos más antiguos haya sido el uso de algún apodo o mote además del nombre de nacimiento. Es interesante observar cómo, sobre todo en las zonas rurales, todavía está muy arraigada la costumbre de llamar a una persona mediante un apodo, y es significativo comprobar cómo éstos se heredan. Esta costumbre nos ayuda a entender mejor cómo se hicieron hereditarios los segundos nombres o apellidos.
La fijación de los apellidos empieza con la difusión del uso de documentación legal y notarial a partir de la Edad Media. 
Los notarios y escribanos medievales empezaron a tomar la costumbre de hacer constar, junto al nombre de pila de los interesados, el nombre de su padre, su apodo o sobrenombre, profesión, título o procedencia. En un principio sólo hallamos documentados los casos de cargos eclesiásticos o de personajes de la alta sociedad; posteriormente, el uso de documentos notariales o parroquiales se extiende al resto de la población, lo que terminará reforzando el uso de un distintivo que, añadido al nombre de pila, acabará por convertirse en lo que hoy es el apellido hereditario. 
Es probable que el uso del apellido empezara a extenderse a partir de los siglos XI o XII, cuando el constante empobrecimiento de la onomástica hizo preciso el uso de un segundo nombre. En la Edad Media, al igual que ocurre todavía hoy en día, los nombres de pila o de bautismo respondían a modas y a la necesidad de imitar los nombres de las clases dominantes, de personajes famosos o de santos muy venerados (razón ésta muy importante en la Edad Media), lo cual terminó reduciendo el abanico de nombres escogidos para el recién nacido.
RELACIÓN DE LOS APODOS EXISTENTES EN 1950 EN CALPE
 
De nombres de personas
Poldo, Pepí, Paquera, Pau, Sinto, Sola, Solaino, Salvadora, Quicales, Roc, Tomasa, Baltaro Canut, Pantaleón, Beltrán, Tito, Albert, Chima, Chesús, Bela, Benitet, Benito, Cosme, Colau, Cándida, Esteve, Felisiana, Gregoria, Lluc, Mateu, Malena, Margarita, Masiá, Nofre, Pedro, Pepelillo, Berlandina, Pericás.
  De oficios y profesi ones
  Casino, Cartero, Correuer, Barber, Arrais, Auyat, Estanquer, Espardeñera, Fuster, Fusteret, Ferrer, Forn, Figuero, Gobernador, Guardaterra, Guasil, Granerera, Llavador, Machacadora Mariner, Platero, Pañero, Rey, Sereno, Sastre, Teuler, Terrer, Tintorera, Tramuser, Pomero, Rancarroques, Militar, Hostal, Coronela.
  De partidas rurales
  Carrió,, Casanova, Cocó, Corralet, Calalga, Calalguera, Baechera, Casa, Cañera, Collao, Anchinent, Alchup, Ampedrola, Ferranda, Lleus, Maset, Mansanera, Mola, Noro, Paticano, Pla, Pinos, Ventero, Troset, Nou, Terrasala, Torrat, Colomer.
  De nombres de objetos
  Cosi, Carretilla, Casporra, Corona, Caravina, Astenalles, Asbarda, Estrela, Escales, Manta, Poller, Perla, Porra, Pala, Quinset, Roca, Violí, Terrasa, Ulleres, Barril, Cantal, Bosina, Martell, Palloc, Palloquet, Corneta, Parruses, Caseta, Corrales, Casilla, Cantó, Chaleca, Forma, Llagues, Puñalets.
  De apellidos
  Crespa, Chorro, Borcha, Argudo, Garselá, Garsia, Moll, Mayáns, Marguí, Sau, Serra, Sendra, Querol, Valero, Ferrando, Sit, Napoleón.
  De cualidades y defectos personales
  Calvo, Botica, Dotora, Fumador, Lloro, Morriño, Minchador, Pincho, Pelat, Pequeño, Surdo, Sec, Rabía, Tort, Selleraca, Petit, Borino, Choca, Blanco, Blanqueta, Fiel, Moreno, Pigós, Parevell, Salao, Rocheta, Roch, Ros, Viuda, Bonico, Polla, Mayorazgo, Forastera, Marroquilla, Llargueret, Cabut.
  De nombres de animales
  Coloma, Conill, Caragol, Chacal, Bou, Aca, Capdegat, Carranc, Ahuellles, Gosos, Grill, Mosquit, Menino, Pato, Pusa, Perdiu, Serguentana, Silguer, Rabosa, Raboseta, Chacre, Chaburro, Mau.
  De comestibles
  Caldo, Chocolate, Chufa, Bollo Chufo, Bolet, Canela, Panet, Auyat, Cuerna, Carabasa, Carabaseta, Melona, Figuetes, Fenoll.
  De nombres de pueblos
  Canals, Calpero, Catalá, España, Lliberana, Maño, Moraira Teulí, Senichera, Sueca.
  De palabras equivocadas y célebres
  Carrala, Cucharrato, Chano, Fico,  Parent, Panarro, Pisx, Mana, Careto, Chabou, Comparete, Cota, Fortu, Maco, Samort, Perolo, Pilda, Papá, Nené, Pesic, Tana.
  De partes del cuerpo humano
  Cabello, Fechet, Morret, Pecho, Taló, Mollera, Garrilla.
  De carácter religioso
  Cura, Escolá, Escolana, Flare, Profeta, Retorico, Campana, Diabla, Pare Sant.
  Desconocidos
  Muchalandena, Malaya, Ñarec, Payay, Piorra, Duina, Churí, Fendi.
Andrés Ortolá Tomás
(del libro del padre Vicente Llopis)

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