ELABORACIÓN
DE LA PASA
La
elaboración de la pasa viene de muy antiguo, quizás fueran los árabes los
primeros en utilizar los frutos de la vid al igual que hacían con los higos
secándolos al sol. En algunos lugares la uva se seca directamente en la parra
quitándoles las hojas y exponiendo los racimos al sol. En otros, los racimos se
colocan directamente en el "sequer" tendidos en el suelo sobre
cenizas. En Calpe la única finca que poseía "sequer" para la
elaboración de pasa virgen era la finca del Pla de Feliu propiedad de José
Feliu Rodríguez de la Encina y que hoy se encuentra totalmente en ruinas.
Riu Rau de la
Calalga
Desde el
siglo XV la pasa que se comercializaba en Inglaterra era conocida como pasa de
Denia y la uva que se utilizaba mayoritariamente era la de planta y muy poca de
moscatel. Paulatinamente la uva de moscatel fue sustituyendo a la de planta en
la elaboración de la pasa. En 1696 se cosecharon en el campo de Denia 23.000
Qm. de pasa de planta y sólo 50 Qm. de pasa moscatel. En 1874 Roque Chabás
escribía "Hoy día se ha abandonado la cosecha de pasa de planta y la
de moscatel asciende a más de 400.000 Qm." El mismo Chabás afirma en
1890 "que la confección de la pasa con uva de moscatel era
modernísima".
Riurau del Cocó
Aunque si hacemos caso al botánico Josef Cavanilles en
su visita por estas tierras en Mayo de 1792 nos dice de Benissa;
" En
esta parte del reyno se hace más pasa que en la occidental y de mejor
condición, por provenir en gran parte de la uva llamada de moscatel, que
reducen a pasa cogiendola madura y escaldándola con lexia. Esta se hace de las
cenizas ordinarias que recuecen con ramos de adelfa, torbisco y romero, y ponen
después en un tinajón agujereado por abaxo para que pueda salir el agua
cargada de las partículas alkalinas. Suelen aumentar la fuerza de la lexia
añadiendo dos ó tres libras de cal viva para cada quatro barchillas de ceniza.
Hecha la lexia la ponen á hervir en una caldera, é introducen los racimos en
un cazo lleno de agujeritos sacándolos inmediatamente para llevarlos al
tendero.
Dos momentos de la elaboración de la
pasa
El director de esta operación tiene á la mano un cántaro de lexía
muy fuerte, y otro de lexía floxa. Si el pellejito de la uva sale de la caldera
con rajas ó cortes, es prueba de que la lexía que hierve es sobrado fuerte, y
entonces añade de la floxa; y al contrario si sale poco mar chito indica que no
es bastante fuerte la lexía de la caldera, y es preciso añadir de la fuerte.
Si hay peñas limpias en las inmediaciones se tiende sobre ellas la uva
escaldada, y si nó sobre cañizos o plantas preparadas para este fin, que
suelen ser la artemisia campestris, llamada por eso vulgarmente bocha o herba
pansera. Déxase allí unos tres días según la fuerza del sol, y al tercero ó
quarto se vuelven los racimos de arriba á baxo para que se sequen
perfectamente, y queden en estado de conservarse en almacenes ó depósitos. Si
la pasa se encierra ántes de haber perdido toda su humedad padece daños, y
alguna vez se pierde enteramente. Por eso es mal año de pasa cuando llueve en
los días que se halla tendida".
Riurau del Noro
Pascual
Madoz en su Diccionario de 1845 se reafirma más o menos en lo dicho por
Cavanilles y en el capitulo dedicado a Benissa dice;
"También se ocupan
muchísimos en la elaboración de la pasa de moscatel"
y a
continuación explica todo el proceso.
Toda la pasa
que desde antiguo producía la comarca de la Marina se comercializaba a través
del puerto de Denia. De los 393.497 quintales cosechados en 1894 sólo 1.160 se
dedicaron al consumo interior, el resto se exportó a Inglaterra, Estados
Unidos, Canadá y Francia (El puerto de Denia, de Matilde Ruiz Gallego.
Riurau de la Vallesa
El desastre
de la filoxera a principios del siglo XX, que acabó con todas las viñas y la
competencia de otros países, como Grecia que producía una pasa en la región
de Corinto más pequeña, que no tiene pepitas y que por tanto era más
apropiada para la fabricación de dulces, significó el fin del gran comercio
portuario de Denia.
Riurau Pla de Maura o Feliu
Hoy en día
en la comarca de la Marina no se elabora casi pasa, sólo en algunos lugares y
por parte de familias nostálgicas o amantes de nuestras tradiciones que se
deciden muy esporádicamente a "escaldar" realizando un gran esfuerzo
para mantener las viñas.
En Calp es a partir de la Virgen de
Agosto en que se inician los trabajos de preparación; la limpieza de la caldera,
el acopio de leña para los hornos, tanto de la caldera de escaldar como de la
estufa que debía secar los racimos. Se revisaban y reparaban los cañizos sobre
los que debían depositarse los racimos ya escaldados. A principios de
Septiembre, la uva había madurado lo suficiente para producir una pasa dulce y
de calidad.
Mas de les
Monjes. Familia Avargues
En aquel tiempo, los propietarios de las
viñas sabían que para corresponder a las esperanzas del que se consagra a su
cultivo, es preciso que la vid reciba la acción directa del sol, hay que tener
presente, que aunque el sol y el clima no pueden cambiar los caracteres
botánicos de las vides, el sabor y la calidad de sus frutos dependen de las
circunstancias locales y de la tierra.
Tradicionalmente la “escaldá” duraba
hasta finales de Septiembre. Se cortaban los racimos de la uva de moscatel y en
caballerías o en carro se transportaban hasta el riurau. La preparación del
“lexiu” se iniciaba dos días antes. Al día siguiente, con las primeras luces,
los agricultores ponían el agua a calentar en una caldera situada a ras de
tierra. Normalmente, era un niño el encargado de mantener el fuego. Era este un
recipiente de una capacidad entre cien y doscientos litros. Usualmente la
caldera era de hierro, aunque también de cobre.
Mas de Toni Poldo, donde se encuentra la
última estufa en Calp
Después
de sacar la uva de la caldera eran siempre las mujeres las encargadas de
esparcir los racimos recién escaldados en los cañizos, a cada cañizo le cabían
tres arrobas de pasa. Los cañizos se dejaban, durante el día al sol y si había
buen tiempo, se apilaban y se colocaba encima otro cañizo para proteger del
rocío, si por el contrario, amenazaba lluvia o se acercaba mal tiempo, se
entraban los cañizos dentro del riurau en pilas de seis o siete. La exposición
al sol era aproximadamente de siete días. Cada dos días se le daba la vuelta a
los racimos de pasa, para ello se ponían dos cañizos, uno encima del otro y
sujetos con cuatro ganchos de hierro, entre dos hombres se les daba la vuelta.
En muchas ocasiones, también lo hacían las mujeres.
Lejos quedan
aquellos años en los que en las grandes fincas calpinas (Plá, Casanova,
Calalga etc) propiedad de terratenientes como los Feliu o los Abargues,
empleaban a decenas de jornaleros para las cosechas.
Hoy, las
viñas van siendo sustituidas irremediablemente por planes parciales para
conseguir la máxima rentabilidad.
Andrés Ortolá Tomás
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