COSTAS Y LAS SALINAS DE CALPE
A veces no se entienden algunas decisiones tomadas por las administraciones públicas. Una de ellas se produjo en 1993 en la que una Orden Ministerial declaraba las salinas de Calpe como Zona Marítimo Terrestre y digo no entenderlo por que lo que nosotros hemos conocido de toda la vida como el Saladar no ha formado parte de la mar al menos en los últimos 2.000 años. Y me explico, es sabido que aledaño a la instalación salinera existen restos de una importante factoría de salazón de época romana y que parte de alguna de sus balsas (concretamente una pegada a la misma acera de la Av. De Europa) se encuentra su fondo prácticamente en el nivel freatico de las aguas y no digamos una las villas principales que de entrar el mar las hubiera inundado.
Mi
experiencia personal (nací y viví en la casa de la salina durante 24 años) y mi
afición a la investigación histórica me lleva a tratar de demostrar que las
inundaciones de la salina calpina no se deben al agua del mar como argumenta
Costas, si no a la del agua dulce. Sobre todo de la lluvia. Y digo argumenta
Costas por la reunión –a requerimiento del Departamento de Medio Ambiente del
Ayuntamiento de Calpe-que tuve “in situ”con dos altos cargos de Costas de
Alicante en el mes de Diciembre del 2004, en la que les expuse mis razones para
creer lo contrario.
Vista de la salina y alrededores en Julio 1968
En muchas de las balsas, todavía se aprecian las
hiladas de las cepas que se arrancaron.
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Durante
siglos el principal problema del Saladar fueron las fiebres producidas por los
mosquitos anofeles cuyas larvas se crían en agua dulce. Y paso a exponer parte
de algunos documentos que obran en mi poder y que pueden aportar más
información. Uno de ellos fechado en Madrid el 12 de Abril de 1787 y que dice:
“
serian inútiles el gasto de esa cantidad, por la mala constitución de las
eras y depósitos de la salina, por lo que no tendrían subsistencia las obras,
por la falsedad del terreno y haverse planificado la fabrica sin mas arte, que
el haverla formado cavando en un llano”.
Es
sumamente aclaratorio este documento ya que nos dice que la salina se construyó
“cavando en un llano”. Más adelante nos dice:
“ Con reflexión à este
Ynforme, y àlos antecedentes que quedan explicados, nos parece: Que ès mui útil,
y beneficioso àla Real Hacienda, y àla Villa de Calpe, el que desde luego se
inutilice, y extinga la Salina de su termino, allanándola por quenta de la
Renta, de modo que se dè corriente à sus aguas, sin peligro de que el revalso de
ellas pueda perjudicar àla salud publica".
La
salina calpina había llegado a un grado tal de deterioro que era inviable el
arreglarla y las lluvias de los últimos años habían reavivado el problema de las
fiebres terciarias al encharcarse las aguas en las balsas abandonadas.
Como
vemos esta es la partida de defunción de la salina calpina y lo curioso es que
proponen destruirla aplanándola y tapando todas sus balsas y acequias, con el
argumento de que no se formen charcas y no se reproduzcan las fiebres, pero
además en el sentido de que los de Calpe no puedan aprovechar las instalaciones
en beneficio propio.
Para dirigir los trabajos de inutilización de la fábrica
de sal se traslada a Calpe el Visitador General de la Real Renta de Salinas Don
Juan Pérez de Lazarraga, asistido de un escribiente interino y de un ayudante,
los cuales contratan cuadrillas de peones y “en 32
días útiles de trabajo he logrado enteramente la destrucción y allanamiento a la
referida fabrica, con la mayor perfección, hasta dejar el terreno, o sitio, en
la propia disposición que crió naturaleza, e igual a la altura de los campos a
su circunferencia, de forma, que quedando como queda, bien cerrada la acequia o
conducto, por donde se introducían las aguas en la salina; y que las del
invierno las consumirá la tierra”.
Esto
sucedía en el mes de Agosto de 1787 y como podemos ver, los terrenos que
comprendían la fábrica de sal quedan completamente llanos y sus acequias
tapadas,
En
1792 Josep Cavanilles nos dice:
"En
la llanura contigua a las raíces de Hifac había unas salinas que se abandonaron
estos últimos años por creerse causa de las calenturas intermitentes que solían
padecerse. Lo cierto es que en años lluviosos se juntan muchas aguas en el
recinto llamado del Saladar, y no hallando salida forman pantanos, y se
corrompen en verano”.
Pascual Madoz en 1845 en lo referente al saladar calpino
expone;
“ Todavía en la actualidad se embalsan en
aquel recinto, llamado el Saladar, las aguas que provienen de las lluvias, y no
hallando salida, forman lagos pantanosos que se corrompen en el verano, con
grave detrimento de la salud pública”.
En
1871 sale a subasta el Saladar y en dicho documento se dice:
“Este terreno,
convertido en una laguna y las partes altas en terreno salitroso y pantanoso, no
produce nada ni es susceptible de cultivo alguno, únicamente cría escasos
pastos”.
Marcado con la letra
H la salina que pone en funcionamiento en 1918 Vicente Buigues. A la derecha,
todo son viñas; que más tarde se convirtieron en balsas.
El 14 de Marzo de 1918, Vicente Buigues escritura la finca
de 44 Hectáreas
"plantada parte de viñas, cereales
y el resto en casi su totalidad destinada a pastos con una casa de labor"
.
Es
obvio que parte de las tierras de las antiguas salinas se habían convertido a
finales del siglo XIX en tierras de labor. Para el drenaje de los campos
existían dos acequias una a Levante y otra a Poniente.
La
lámina de agua que hoy conocemos es de la década de 1940 en la que se arrancan
las cepas que existían en toda la zona norte/este de la salina y se construyen las
balsas más grandes.
Si
por los temporales de Levante hubiera entrado el mar hacía las salinas no
hubieran prosperado ni las cepas de viña, ni los olivos centenarios que hasta
hace poco había entre la playa de la Fosa y las salinas.
Por
todo lo expuesto podemos deducir que el saladar no es zona húmeda- a menos que
llueva- y si no se bombeara diariamente agua de mar en el plazo de dos años se
convertiría en un páramo menos en su parte central que es donde se encuentran
las acequias más profundas.
El
Saladar en 1928
El
día 8 de Julio de 2004 Costas declara:
“En su virtud, la
Dirección General de Costas, por delegación de la Excma. Sra. Ministra, ha
resuelto: Declarar nula y dejar sin efecto la Orden Ministerial de 8 de enero de
1993, por la que se aprobó el deslinde de los bienes de dominio público
marítimo-terrestre en las Salinas de Calpe”.
Lo
sorprendente es que Costas ha hecho o esta tramitando un nuevo deslinde de la
salina calpina haciendo caso omiso a la sentencia dictada por la Sala de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo de fecha 16 de abril de 2003.
Este
expediente de deslinde al que me refería en Noviembre del 2005, se ha convertido
en una realidad en Agosto de 2009, en que Costas ha iniciado un nuevo expediente
de deslinde de las costas calpinas. Es un poco frustrante el que los poderes
públicos sin argumentos válidos- al menos en el caso de la salina de Calpe-
inicien un expediente de bienes de dominio público en un estado de derecho, sin
presentar documentos que avalen la tesis mantenida por el Ministerio, siendo que
si los hay en el sentido contrario.
Creo que la
voluntad popular y la mía propia es que se quede la lámina de agua como está hoy
en día y que se protejan los alrededores. Ahora bien, que se solucione de una
vez por todas, el problema con la propiedad.
Andrés Ortolá Tomás
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