Calpe visto por
Pascual Madoz en 1845
El diccionario
Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones en Ultramar de
Pascual Madoz, tiene como parte de la evolución de la estadística en la España
Contemporánea, unos claros antecedentes en los cuales se apoya el propio Madoz.
Aparte el importante y aislado esfuerzo anterior de la Relaciones Topográficas
de España (1575) hay que citar especialmente-sin contar los errores o
limitaciones que puedan contener- el Catastro de Ensenada (1750-1753) realizado
con vistas al establecimiento de una contribución única; el Censo de Frutas y
Manufacturas de España e Islas Adyacentes (1803) realizado en 1799 por el
Departamento de Fomento General del Reyno; los intentos de Martín de Garay –de
1817- para iniciar una estadística general de España; las medidas legislativas
sobre estadística dictadas durante el Trienio Constitucional; las Matriculas
Catastrales de Ramón Calatrava, que se apoyan en los pasos dados por Manuel
Cortina en 1841; los trabajos de la Comisión de Estadística nombrada por el
Ministro de Hacienda Ayllón, en 1843, y que fue presidida por el propio Madoz
hasta su encarcelamiento en 1º de Febrero de 1844.
Por otra parte,
trabajos que durante el siglo XIX prefiguran la obra de Madoz son, por ejemplo,
el Diccionario Geográfico- Histórico de España (1802) de la Academia de la
Historia que, aunque interrumpido por la guerra, abre el camino a intentos
posteriores, el Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal
(1826-1829) de Sebastián de Miñano; y la España Geográfica, Histórica,
Estadística y Pintoresca (1845) de Francisco de Paula Mellado.
Pascual Madoz
inició la empresa del Diccionario ya en 1834 y contó con más de veinte
corresponsales en toda España, recibiendo además documentación, noticias y
datos de más de mil colaboradores, con lo que pudo haber impreso unos 100
volúmenes. Las cuatro primeras letras de la obra contienen 27.000 voces, es
decir, las mismas que los diez tomos del Diccionario de Sebastián de Miñano que
él siempre quiso mejorar. Aun antes de iniciarse la impresión- realizada en su
propia tipografía- el Ministerio de la Gobernación, cuyo titular, Caballero, era
geógrafo, dirigía una orden a los Gobernadores civiles para que se suscribieran
al Diccionario todas las Diputaciones, Ayuntamientos, instituciones políticas o
científicas e , incluso, las clases pasivas y los maestros.
Transcribimos a
continuación el capítulo dedicado a Calpe.
CALPE.
Villa con
ayuntamiento de la provincia de Alicante ( 8 leguas) part. Jud. De
Callosa de
Ensarriá (3) , aud. Terr., c. g. y dióc. De Valencia (15) : situado en
una loma
a 800 palmos del mar, entre el cabo Toix y la punta que forma el monte
Hifác:
combatida principalmente por los vientos del E., con CLIMA templado y
saludable,
aunque en los años lluviosos suelen padecer algunas terciarias
producidas por la
estancación de las aguas que desde Benisá bajan por el barranco Salado, y
por
las que se detienen en el terreno que ocupaban unas antiguas salinas,
secas hoy.
Tiene sobre 300 CASAS de no muy buena fábrica y pobre aspecto, casa de
ayuntamiento, cárcel muy mezquina; una escuela de primeras letras, á la
que
concurren 30 niños, dotada con 2,000 reales, y una iglesia parroquial
(la Virgen
de las Nieves), de primer ascenso, servida por un cura de provisión
ordinaria,
un vicario, y un dependiente: fuera del pueblo y sobre un pequeño monte,
se
halla una ermita dedicada a la Transfiguración. Esta villa está
fortificada por
dos muros antiguos; el primero de los cuales circuye todo el casco de la
población, menos el arrabal, y el segundo se halla situado en el centro
del
pueblo con tres fuertes de batería. El término se halla enclavado entre
los de Benisá al N. ; Altea SO., distante ambos sobre una legua más o
menos, los cuales
corren á unirse al O., en cuyo punto se encuentra una cordillera que
viene desde
Confrides con los nombres de Terrella y Bérnia, hasta introducirse en el
mar,
formando la punta o cabo Toix: en ella descuella el monte Oltá, de una
legua de
extensión, inclinado hacía el N., el cual se halla cultivado y plantado
de
diferentes árboles. Desde el S. hasta el E. se estiende la ensenada de
Calpe,
cuya punta meridional la forma la referida punta o cabo de Toix, y la
oriental
el remate de un peñasco alto llamado el monte Hifác, que ya hemos
mencionado. El
fondeadero de dicha ensenada, es corto abrigo de los vientos del E., al
socaire
del monte, y propio solo para el verano por la benignidad de la
estación. Se
fondea por 7 brazas de arena y alga al SE. De la villa, distante de la
costa
más inmediata como 2 ½ cables; pues aunque se pudiera ir mas al E.,
hacía el
rincón, no es tan conveniente, porque en el sitio propuesto se puede dar
la vela
en vuelta del SE. Y si fuera necesario, con viento SO. No tiene aguada
sino de
noria y algo salobre. Cuando se vaya a tomar este fondeadero con viento
del E. á
NE. Fresco, es preciso mucho cuidado con las ráfagas o remolinos que
bajan del
monte, unas largas y otras escasas, con fuerza capaz de hacer una avería
en la
arboladura ó de zozobra. A la parte del E. del monte (en que corre la
costa para
el NO. ¼ N.), se puede fondear abrigados de los vientos O. y SO., pero
se ha de
quedar en 16 brazas ó mas, fondo arena o lama, de modo que se ha de
procurar
hallarse franqueados de la dicha punta Hifác, que es hondable, para
poderla
rebasar si el viento llama al E. ó SE., aunque en este último no es
fácil tener
rebasadero si se ha de estar abrigado del SO. El referido Hifác es un
peñón
enorme y casi aislado, que como hemos dicho, entra en el mar hacía el
E.,
dejando por todas partes faldas ásperas é inaccesibles. Mirado de
cierta
distancia se parece a un navío unido á la tierra por su popa: llégase a
la raíz
de esta subiendo cuestas por espacio de una hora, a allí empiezan cortes
perpendiculares que continúan como 800 palmos: al fin de este trecho
empiezan
nuevas cuestas para llegar á lo más alto, lo que se consigue en otra
hora: desde
allí disminuye sucesivamente la altura hasta la proa ó punta oriental,
quedando
por todas partes picos y quebradas, que impiden el paso ó lo retardan
sobremanera. Como los argelinos infestaban aquellas costas, saliendo por
las
cales á robar hombres y mujeres, se escogieron varios puntos que servían
de
atalayas, para descubrir los piratas y avisar del riesgo a los incautos
pastores
y labradores. El más oportuno por su altura y el más seguro para los
mismos
guardas, era el peñón de Hifác, á cuya cumbre subían por la popa,
venciendo los
cortes perpendiculares con tres tramos de sogas sujetadas en otros
tantos
resaltes del monte, y por ellas trepaban con mucha presteza, llevando
consigo
con que comer y trabajar durante el día. No es Hifác tan alto como
ponderó
Escolano siguiendo a Miedes; pues lejos de ser el mas alto de de España,
como
supone, no llega aun á los de segundo orden del antiguo reino de
Valencia: es
enteramente calizo, y en parte de mármol blanquecino. Crecen el el
muchísimas
plantas, algunas de ellas poco comunes en la provincia, y de su raíz
manan 3
fuentecillas de agua dulce. En las mismas faldas se conservan todavía
algunas
ruinas de un antiguo pueblo que destruyeron las armas genovesas, según
refiere
Escolano; y en la llanura inmediata a las raíces había unas salinas que
se
abandonaron en el siglo pasado por creerse causa de las calenturas
intermitentes
que solían padecerse. Todavía en la actualidad se embalsan en aquel
recinto,
llamado el Saladar, las aguas que provienen de las lluvias, y no
hallando
salida, forman lagos pantanosos que se corrompen en el verano, con grave
detrimento de la salud pública. Caminando desde el peñón como media hora
hacía
el SE., se hallan los Baños de la Reina, cuya municiona descripción, así
como la
de otros descubrimientos importantes, debemos al Sr. De Cabanilles, al
que no
podemos dejar de copiar, por haber sido testigo ocular en su expedición
por el
antiguo reino de Valencia.
(omitimos la trascripción que nos ofrece Madoz por
estar la de Cavanilles completa en otra parte de esta WEB).
Ver Cavanilles
Mas
adelante nos sigue contando Pascual Madoz…..El
terreno es todo secano y de mediana calidad, plantado de algarrobos, almendros y
viñedos; hacía la playa es el suelo árido y estéril, donde crecen arenarias, llantenes, onónides, y otros vejetales.
Los caminos que
salen de la villa para los pueblos limítrofes, son todos de herradura y bastante
escabrosos, especialmente el trozo que se designa como Collado de Calpe. La
correspondencia se recibe de la ciudad de Denia por medio de balijero, los
lunes, miércoles y sábados, cuyos mismos días salen.
PRODUCCIÓN:
algarrobas, almendras, trigo, cebada, vino y pasa de moscatel; sostiene poco
ganado lanar; hay caza de perdices, conejos y liebres, y pesca de toda clase en
las riberas del mar. Industria: aunque este pueblo debía ser esencialmente
agrícola, toda vez que su puerto no se halla habilitado, la agricultura, sin
embargo, no presenta en él un estado muy floreciente; sin duda la calidad del
terreno y el encontrarse casi privados de propiedad, por pertenecer á varios
terratenientes de Benisá, les hace descuidar aquel ramo de la riqueza pública,
aunque no tanto ahora como á últimos de del siglo pasado, y se dedican con afán
a la pesca, para cuyo efecto se encuentran algunos almacenes en la orilla del
mar, y no pocos al comercio ilícito, vicio que es común a todas aquellas costas,
y que se halla fomentado por la abundancia de calas mal resguardadas, y la
aspereza de los montes por donde se introduce en lo interior del antiguo reino.
También se ocupan algunos en la elaboración de la pasa de moscatel.
COMERCIO: se
halla reducido a la exportación de dicha pasa y pescado, é importación de
algunos artículos de los que carecen los vecinos.
POBLACIÓN: 355
vecinos. 1320 almas.
CAP. DE
PRODUCCIÓN: 1.157.000 reales vellón.
IMPUESTOS:
40.035 rv.
CONTRIBUCIÓN:8.007 rv.
PRESUPUESTO
MUNICIPAL 6.000 rv, y se cubre con algunos arbitrios y reparto vecinal.
HISTORIA: Siendo
el nombre de esta población el mismo que distingue una de las famosas columnas de
Hércules,
En esta villa
espresa su localidad como en aquella columna su naturaleza; pues según la raíz
oriental de la que proviene, es aplicable á los objetos de elevación ó altura,
lo es de las fortificaciones naturales, etc.: así se ha llamado Alpes a los
ventisqueros de la de la cúspide de las montañas. La grande antigüedad de este
nombre, persuade naturalmente la del pueblo que con él se significa. Algunas
ruinas revelan también esta antigüedad. Han aportado muchas veces á esta
población grandes armadas, como en el año 1360, que llegó a ella el rey Don
Pedro de Castilla, con 80 naves, 41 galeras y otras velas, volviendo de su
expedición sobre Guardamar., Barcelona e Ibiza, y salió para Alicante y
Cartagena. En el año 1590 era notable en esta población un edificio de peña
tajada que llamaban los Baños de la Reina, a los cuales se entraba por una cueva
también de peña cortada.
En aquellos años ya Madoz nos
cuenta que nuestra población tenía un clima "templado y saludable" a pesar
de las fiebres terciarias que se producían por el encharcamiento de las aguas en
el barranco Salado y en el lugar conocido como el Saladar .
A continuación el diccionario nos
describe un pueblo pobre, sin casi recursos, sin comunicaciones- por otra parte
igual a los pueblos limítrofes- sin aplicación hacía la agricultura por parte de
los calpinos y, quien lo diría, un suelo árido y estéril alrededor de las
playas.
Para una población de 1.320 almas,
solamente existía una escuela y lo que es peor, de ellos sólo 30 niños asistían
a clase, ello nos da una idea del analfabetismo que había en aquella época y a
que temprana edad los niños se veían obligados a trabajar en el campo o en la
mar. De todas formas, la tercera parte del presupuesto municipal de 6.000 reales
se dedicaba a la educación de los calpinos.
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