viernes, 15 de diciembre de 2017

Las ventas del Collado de Calpe

Las ventas del Collado de Calpe
La literatura sobre las antiguas ventas y el carácter de los venteros nos ha dejado frecuentes alusiones a la incomodidad de los alojamientos y la mala calaña de los venteros. Numerosos testimonios nos hablan de la pervivencia y la mala calidad, tanto del lugar en si como de lo que en el se ofrecía.
La mala fama de ventas y mesones, aguijada por la animadversión popular, había quedado plasmada en refranes, anécdotas y cuentecillos orales.
Un lugar común en casi todos los relatos es la imposibilidad de hallar en las ventas un lugar decente y cómodo en que dormir: generalmente el viajero ha de acostarse en el suelo, en una tabla, o pasar la noche sentado junto al fuego.
En cuanto a lo que se ofrecía en las ventas para comer, el refranero popular acusaba a los venteros con “vender gato por liebre” o “echar un asno en adobo y venderlo por ternera”.
El siguiente relato de un viajero, que llegado a una venta y pide que comer, no habiendo nada, le pide a la ventera unas piedras para una sopa de piedras. Con lo cual "picó" la curiosidad de la ventera.
No auiendo que comer en vna venta, vn passagero se dexo dezir, que él haría vn guisado de piedras; dixo la Ventera, que se holgaría mucho de saber tal curiosidad; pidió el vnas piedras, y lauólas, y luego pidió azeyte para freírlas, diéronsele. Luego pidió cebollas, ajos, cominos, especias, y vnos huevos, con su sal, y pimienta, y hizo vn guisado que, arrojando las piedras, se le comió”
Las primeras noticias que tenemos de las ventas del Collado de Calpe, corresponden al año de 1853 y se trata del “Ytinerario de Catarroja a Alicante por Alcoy y de Alicante al mismo punto de partida por el litoral ejecutado por los capitanes del cuerpo de E. M. del Ejercito Don Nicolás Lloret y Reimer y Don Manuel Cortés y Morales”. En el itinerario de Altea a Calpe los dos capitanes nos van relatando al minuto lo que encuentran en el camino o alrededor de el. A la hora y 28 minutos (desde Altea) se encuentran en el fondo del barranco del Collado y principian la subida. Tres minutos después llegan al “ventorrillo” como ellos lo denominan y casa de carabineros ( los carabineros se habían establecido en el Collado en 1833) . Once minutos más tarde ( una hora y 42 minutos) coronan el Collado. En total han tardado 14 minutos exactos, lo cual no se corresponde con las crónicas de años más tarde, en que todos decían que se tardaba una hora en hacer el recorrido. Posiblemente en la reforma que se ejecuta para hacer el camino carretero (en carta de 19 de Febrero de 1880, se especifica que “ la construcción de un camino de carros en el Collado de Calpe con el carácter de interino mientras no se termina la construcción del puente del Mascarat”) y quizás los peraltes para un camino carretero no son los mismos que uno de herradura y se desvía con el fin de suavizar las curvas. En el proyecto de presupuesto se consignan 12.150 pesetas para el movimiento de 10.300 metros cúbicos de tierra y piedras. Por tanto cuando los militares hacen el recorrido se trataba de un camino de herradura.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que ambos capitanes iban a caballo y no a pie.
Si como ellos relatan, “ ventorrillo a derecha y casa de carabineros a la izquierda” podemos sacar la conclusión de que se están refiriendo a lo que posteriormente hemos conocido como Venta de la Morena y Casas de Mayans y no otra supuesta venta más abajo.
Posiblemente, la venta reseñada por los militares sea la de Pepa Rocoti y que posteriormente fuese adquirida por Damian Sanchis Perles (Miaño de Bou) y que este podría haber vendido o alquilado a Cayo Román Mate (1841-19..) cuando apareció por estas tierras a principios de 1870. Aunque en el Censo Electoral de Febrero de 1871 no aparece como votante. Si lo hace en el de Abril de 1892, con una edad de 52 años. No sabe leer, ni escribir.
Recuerdo que mi padre me contó que cuando trabajaba en la cantera de la Mola iba a medias con Miguel Ivars (Roch) y me imagino que le contarían (todos los hermanos Roch habían sido carabineros) lo de la venta el Figerol que estaba en el Collado en la época anterior a la Morena y podría ser la de Miaño de Bou. A los carabineros les llevaban los suministros en caballerías. Muchos de ellos se dedicaban a la pesca con dinamita, vendiendo el pescado (transportado a lomos de un burro) al arriero Miguel de Chocolate.
En el Catastro de 1893 (el primero de Calpe) aparece Cayo Román como propietario de dos casas en el Collado. Una con una renta de 72 pesetas y la otra con sólo 3.
Si el titular de la venta es Cayo Román, es posible que fuese comprada después de casarse Cayo con María Perles Más (la Morena) nacida en Calpe en 1849 y que muere -ya viuda- en 1924 a los 75 años de edad. Recién casados ambos, deciden alquilar o comprar, la venta que estaba a los pies del camino de herradura y que muy pocos años después se convertiría en carretero, con lo cual el trasiego de viajeros iba a ser muy superior. Aunque la inversión estaba condicionada a corto plazo con la construcción del puente.
Si tenemos en cuenta que su hija Cándida nace en 1873 (su madre María tenía sólo 24 años) debían haberse casado en los años 1870-72. Posiblemente al nuevo matrimonio no le gustase el nombre de su establecimiento ¿Figerol? Y lo cambiasen por otro más atractivo de La Morena.
Por otra parte, la venta seguía existiendo en 1893 a pesar de que el puente estaba terminado y ya no pasaba nadie por el Collado. Lo cual obliga a Cayo a construir una nueva venta en el Collado de la Canuta. Pero eso es otra historia.
Andrés Ortolá Tomás




  

Elecciones del 31 de Mayo de 1931

 Elecciones del 31 de Mayo de 1931
Con los años 30 se acaba la dictadura de Primo de Rivera y la “dictablanda” del general Berenguer. El grupo mayoritario en Calpe seguirá siendo el conservador. En las elecciones municipales del 31 de mayo de 1931 el pueblo vota en dos mesas o distritos diferentes.
En el primer distrito ( 374 censados) votaron 222 electores, obteniendo las candidaturas el siguiente número de votos:
José Tur Ribes “Torrat”, Antonio García Sapena “Parador” y Miguel Giner Ivars “Chata”, un total de 84 votos.
Domingo Crespo Mengual “Canals”, Antonio Jornet Orts “Metge Jornet” y Jaime Crespo Mengual “Canals”, 83 votos.
Antonio Boronat Perez “Caragol”, Pedro Amorós Mut “Teuler” y Joaquin sala Tur “Terrasala”, 54 votos.
En el segundo distrito (208 censados) votaron 105 electores, distribuyéndose los sufragios de la forma siguiente:
Pedro Jaime Avargues Carratalá “Sastre”, Miguel Ferrer Perles”Xocolate” y Pedro Tur Ribes “Torrat”, 44 votos.
Joaquin Ivars Bañuls, Francisco Ivars Martinez “Violí” y Juan Bolufer Ivars “Mola”, 34 votos.
Miguel Roselló Ivars “Piorra” y Francisco Martinez Ferrer “Mollera, 27 votos.
El candidato Domingo Crespo Mengual presentó una reclamación avalada por tres firmas que no fue tomada en cuenta por el presidente de la mesa José Antonio Amorós Moll.
El resultado de estas elecciones propicia un cambio en el gobierno municipal, durante años ostentado por los conservadores, pasa a dirigir el consistorio calpino el medico  Antonio Jornet Orts. Esta corporación fue sustituida el día 29 de Septiembre de 1936 por una Junta Municipal de Unificación Proletaria compuesta por miembros de los sindicatos obreros y partidos de izquierdas con presencia en nuestra villa, repartiéndose los cargos de la siguiente manera:
Alcalde: Joaquín Tur Querol (UGT)
Tesorero: José Crespo García (IR)
Contador Jaime: Perles Ferrer (CNT)
Vocales: José Ivars Pastor (UGT), Florentino Tierra García (JSU), José Tur Ivars y Vicente Tomás Signes (CNT)
Secretario: Andrés Femenia Bañuls (JFP).
Esta corporación fue sustituida por otra provisional el día 30 de Mayo de 1939, nombrándose alcalde a Antonio Mulet Ferrer.
 

Andrés Ortolá Tomás

EL RELOJ DE TORRE DEL AYUNTAMIENTO

 EL RELOJ DE TORRE DEL AYUNTAMIENTO
Esta necesidad de regular el paso del tiempo ciudadano obligó a instalar en torres desde finales de la Edad Media máquinas que lo hicieran posible, primero de notable sencillez y poca precisión y, poco a poco, de gran envergadura, con multitud de ruedas dentadas que mejoraban sustancialmente la medición y, a veces, con el espectacular añadido de autómatas. Aún hoy en día atraen la atención y el pasmo de los turistas los de Praga o Venecia.
Desde el reloj solar hasta el reloj de torre apenas hay presencia del reloj en la sociedad. Las tareas no exigen hasta la Edad Media, más que un reloj “solar” es decir, amanece (comienza la jornada de trabajo) el sol está en lo alto del cielo (almuerzo, hora de comer, descanso) y anochece (retirada a casa, dormir). El reloj aparece entonces como elemento de lujo entre la clase alta o más favorecida de la población. No es hasta mediados del siglo XX el que se generaliza el uso del reloj de pulsera. Son los relojes suizos los de más fama. Por su curiosidad publicamos unos párrafos de un escrito de la Edad Media en el que se puede ver que era costumbre muy extendida en que a cada hora que diera el reloj se rezara el Ave María y se descubriera la cabeza. “Que en oyendo queda el relox la hora, es costumbre asentada, q nobles y plebeyos, ricos y pobres, dexado todo negocio, y toda ocupación, saludan a la Madre de Dios con el Ave Maria, descubierta la cabeza”.
A mediados del siglo XIX el Ayuntamiento de Calpe se plantea la compra de un reloj para colocar en lo alto de la torre de la casa consistorial. A tal fin el alcalde Pedro Pastor i Roselló firma el siguiente pliego de condiciones para la adquisición de un reloj público:

El reloj con su torre primitiva
D. Pedro Pastor y Roselló Alcalde Constitucional de la Villa de Calpe.
Hago saber: Que estando autorizado este ayuntamiento por el muy ilustre señor el Gobernador Civil para la adquisición y colocación de un reloj público de torre y su campana en la casa consistorial de esta villa, se llevará a efecto la subasta del mismo el día siguiente o inmediato a los diez de publicado el edicto en el Boletin Oficial de esta provincia, cuyo acto tendrá lugar en la sala capitular de este pueblo, en el día espresado de diez a once de la mañana, ante el ayuntamiento y con arreglo a las condiciones siguientes:
1ª El reloj a de tener el armazón y maquinas motores de hierro colado, los piñones y ejes centrales de hierro dulce, los ojales o cabezales de bronce, la catalina del escape o principal también de bronce, contrapesos de hierro colado, de horas y medias, de 28 horas de cuerda, la esfera de cristal mate con números romanos y la campana o cascarrón de hierro colado, de sonidos vibrantísimos y de 26 a 30 arrobas de peso.
2ª El reloj a de estar hecho en 30 de Junio del presente año, y el contratista lo a de asegurar por un año.
3ª Será de cuenta del contratista su conducción y colocación en la casa consistorial y sitio destinado al efecto.
4ª En el caso de que el reloj no reúna las condiciones antes espresadas o la campana no sea de buen sonido y no merezca por alguno de estos motivos la aprobación del Ayuntamiento, quedará de cuenta del contratista y se procederá a nueva subasta.
5ª Servirá de tipo para la subasta la cantidad de cuatrocientos ochenta escudos que se pagarán en dos plazos iguales: el primero una vez que este colocado el reloj y merezca la aprobación del ayuntamiento y el segundo al al cumplimiento c del año de estar funcionando.
6ª La subasta se celebrará admitiéndose proposiciones en pliegos cerrados y transcurrida la hora señalada al efecto, y enterados los señores del Ayuntamiento y publicadas las preposiciones presentadas, se adjudicará al que se obligue por menor cantidad u ofrezca más ventajas o garantías.
7ª El postor a quien se adjudique la subasta, siendo desconocido presentará persona que garantice el cumplimiento del contrato a satisfacción del Ayuntamiento.
Calpe, 14 de Marzo de 1868
Pedro Pastor
 
 
El adjudicatario de la subasta fue Mauro Miró Gilabert relojero de Alcoy. Ignoramos a cuanto ascendió la compra e instalación de reloj.
En 1869 es Maximiliano Llorca el primer encargado del reloj.
El día 2 de Junio de 1871 se le pagan al relojero 125 pesetas a cuenta de lo que se le adeuda del reloj de torre que fabricó para esta villa.
El día 20 de Abril de 1874 todavía se le debía dinero al relojero.
En 1875 se le deben a Maximiliano 8,75 pesetas como encargado del reloj de torre de esta villa.
Este tipo de relojes sólo se construyen para dar las horas, repitiendo la misma a los pocos minutos. Como reloj de la villa, de su conservación y mantenimiento se ha encargado personal del Ayuntamiento.
En 1889 tenía a su cargo el mantenimiento del reloj el terrateniente Pedro García Ortiz muy aficionado a la maquinaria de los relojes.
En aquellos años se recomendaba que “el aceite puede ser de oliva, bien frito y filtrandole con papel de estraza para que no contenga impurezas. El aceite se dará con una pluma recortada a fin de que no coja más que una gota, pues el mucho aceite no conviene contenga ácidos ni residuos y conservándole en frasco bien tapado.
El 31 de Diciembre de 1903 Antonio garcía Blanquer, recibe 6 pesetas y 65 céntimos como encargado del reloj público. Ese mismo año el edificio que antes estaba destinado a la Casa Consistorial, se encuentra en estado ruinoso y que se valora en 1700 pesetas. Situado en la calle de la Villa con el número 1 de policía urbana, cuya superficie es de 70 metros cuadrados, compuesto de dos pisos y una torre destinada para el reloj público.
Dado el lamentable estado del inmueble, propiedad del consistorio, éste arrienda como sede municipal a Tomás Iborra Santamaría su casa sita en la Plaza de la Constitución número 10, por la que paga una renta mensual de 16 pesetas y 66 céntimos.
 
El año 1912, el encargado del mantenimiento del reloj es Timoteo Zaragozi Reig, el cual recibe una paga de 80 pesetas anuales.
En los primeros años de la década de 1920 es derribado el Portalet y se desmonta el reloj de la torre que lo sustenta. Algunos años más tarde, se coloca en la torre del nuevo edificio que se destinará a Casa Consistorial y que hoy es la sede del Museo Arqueológico. Durante muchos años se encargó del mantenimiento el funcionario Vicente Buigues.
En Junio de 1982 se restaura el reloj por parte de Felipe Moreno Rojo, Jefe de la Policía Local y relojero aficionado que consigue que este vuelva a funcionar.
Con diferentes altibajos y durante más de un siglo el antiguo reloj de torre comprado en 1868 durante el mandato del alcalde Pedro Pastor Roselló ha acompañado a los vecinos del casco antiguo. Desde lo alto de su torre ha sido referente para generaciones de calpinos.
Hoy en día la vieja máquina está parada y en su lugar existe otra máquina, pero, esta propia de la época en la que vivimos. La era de la informática.
Andrés Ortolá Tomás


Garulos de Calpe: los burgueses de la sal

Garulos de Calpe: los burgueses de la sal
A mi buen amigo, Miguel Garulo Muñoz

El apellido Garulo se encuentra muy poco extendido por España y extinguido en nuestra población desde mediados del siglo XIX. Según algunos tratadistas, procede de un linaje de infanzones de origen aragonés, documentado desde 1582 en la villa oscense de Aniés, figurando como hijosdalgo en el Maravedí de dicho año. Además de las ramas de Fañanás y Aniés hay constancia de otras ramas de esta estirpe en las localidades de Castejón de Valdejasa, Esquedas, Loarre, Puendeluna, Rasal, Zaragoza y Zuera, entre otras. Una rama familiar se asentaría en Valencia, muy probablemente en el siglo XVI, y de ésta procede la casta calpina de los Garulo, que tanta importancia tuvo en la vida social y económica de nuestra población a lo largo del siglo XVIII.
La destrucción de nuestros libros parroquiales en tiempo de guerra creó una insalvable laguna documental que ha sumergido todos nuestros antecedentes de genealogía familiar en un insondable pecio. En ocasiones la aparición de testimonios históricos puntuales ofrece una valiosa información que arroja algo de luz sobre tan tupida oscuridad. Es el caso del que nos ocupamos.
Sabemos de la existencia en Calpe, -a mediados del siglo XVIII-, de un presbítero llamado Victoriano Garulo, quien solicitó su nombramiento como Notario de la Inquisición. A los efectos, Manuel Mayáns Siscar, canónigo e inquisidor, instruyó el expediente correspondiente sobre el aspirante, en el que se recogían referencias familiares que ahora nos permiten documentar los orígenes de la estirpe.
En el Quinque libri que principiaba en el año de 1695, aparecía la siguiente inscripción:
“En quinze días de junio mil setecientos y diez y seis con licencia del sr. Don Jacinto Orbí, Prb. Dotor en ambos derechos. Canonigo de la Santa Metropolitana Yglesia de Valencia y Vicario General por el Ilmo. Señor Dn. Fr. Antonio Folch de cardona. Arzobispo de Valencia, ausente en partes remotas y oficial refrendada por Joseph Blasma, Notario y escrivano en veinte y nueve de mayo de dicho presente año, hechas las tres canonicas moniciones entres dias calendas, intermissarum solemnia, la primera a 11 dominica de la Santíssima Trinidad, la segunda a 14 dias del Corpus, y la tercera a 17 dominica infraoctava del Corpus del mes de junio de dicho año y tenida certificación del Dr. Pedrogabraran. Preb. Vicario de la Parroquial de San Estevan de Valencia, fecha en tres de junio 1716 y no habiendo resultado impedimento alguno, y tenido su mutuo y Libre consentimiento desposé con palabras de presente a Don Manuel Garulo, natural de la ciudad de Valencia, hijo legítimo de Don Victoriano Garulo y de Maria Diego, conjuges y habitador de Calpe y a Beatriz Blanquer, doncella, natural de la villa de calpe, hija legítima y natural de Juan Blanquer y de Ursula Guardiola conjuges y acto continuo les velé y di las bendiciones nupciales, celebrandoles missa yo el Dr. Christoval Belda, Pbr. Retor de dicha parroquial de Calpe. Fueron testigos Fernando Boronat de Luisa y Alexandro Marcos, Notarios habitadores de Calpe y por la verdad lo firmo de mi nombre y mano en los dichos dias 15 mes y año. Dr. Christoval Belda”.
La inscripción matrimonial corresponde a la de los padres de Victoriano que nacería dos años después del enlace según testimoniaba el libro de Bautismos:
“En diez y nueve dias del mes de setiembre de mil setecientos diez y ocho, Yo el infrafirmado, bautizé según ritu de la Santa Madre Yglesia Catolica Romana a Victoriano Agustin Pedro Manuel Garulo, hijo de Don Manuel Garulo, fiel de rentas de las salinas y de Beatriz Blanquer, confulgum. Fueron padrinos Don Agustin Zorlado, Administrador de estas salinas y Francisca Ana Salvá, habitadora en Callosa. Nació dia diez y siete a las siete de la mañana, en cuya fee lo firmo dicho dia, mes y año. Don Severino Signes, Retor de Calp”.
Con estos antecedentes podemos afirmar que el asentamiento de los Garulo de Calpe se produce a principios del siglo XVIII, vinculados como administradores o interventores a nuestra importantísima explotación salinera.
Como podemos comprobar, Don Manuel Garulo Diego, ya oficiaba como fiel de rentas de las Salinas en 1716, época que coincide con la centralización administrativa borbónica promovida por el Decreto de Nueva Planta. Las nuevas disposiciones propician un incremento de los precios de arrendamiento de las salinas costeras y la creación de sociedades en las que el mayor accionista será el adjudicatario que después, a su vez, subarriende la explotación. Garulo, como funcionario del nuevo sistema administrativo implantado, ejercerá la regencia de las regalías de Calpe durante la primera mitad del siglo.
Don Manuel Garulo Diego aparece en 1730 como administrador de las Reales Salinas de la villa de Calpe y su partido, con una cobertura territorial de nuestra explotación correspondiente a las dos Marinas, el Comptat, l´Alcoia y la Safor, y eventualmente la Ribera y Cullera. Durante el período 1735-1736, nuestro administrador regula la producción de las Salinas de Calpe en 2.500 fanegas, aduciendo para justificar este menor volumen, las inclemencias meteorológicas sufridas durante el año. El 31 de mayo de 1736 abandona su cargo dejando las instalaciones de la explotación en un estado lamentable según un informe pericial fechado en septiembre de 1738 y practicado en un procedimiento criminal contra él: “los estanques, calentadores, acequias, muelles y las eras así como el deterioro en que se encuentra el tejado del salero ya que conforme cahia el agua del cielo, dava sobre la sal, de que se siguió notable perdida, y se deshicieron mas de 700 fanegas de sal, que se hallaron de menos, pues dicho tejado estava tan claro, que por las mas partes se vehia el cielo, y la casa que esta separada, se esta cayendo, y no se atreven á habitarla los Administradores por temor de su ruina y la ermita que es más moderna esta deteriorada”.
Este informe se evacua a instancias de una querella civil y criminal presentada en 1736 por Pedro Juan Barber, nuevo administrador. Barber acusaba a Garulo de que “mando sacar muchas cargas de sal de dicha salina y salero, para utilizarse de sus productos; cuya extracción se executó con los machos de la labor, del referido don Manuel, en los de Joseph Guardiola, en los de Miguel Thomas, en los de Joseph Morese vecinos de esta villa, los quales la condujeron a la casa de dicho don Manuel Garulo y a otras de esta villa”. Al mismo tiempo es acusado de vender sal fiada o regalarla a vecinos principales.
El proceso contra Garulo, ya en 1739, presenta declaraciones contradictorias en cuanto a testigos, algunos condicionados por la ascendencia social de nuestro personaje. El poder del burgués local queda patente por la expresión de una manifestante que viene a demostrar su influencia sobre el párroco local: “Buelba Vm. y que se levante este testigo que ya estoy informada del señor cura que por estos juramentos no se yrá una al Ynfierno”. Con el uso de sus resortes Manuel Garulo ostentaba en estos momentos la administración de rentas de la Aduana de Calpe y pretendía no ser interrogado en el procedimiento por ser “Juez Conservador de Marina en este partido”.
La sentencia, publicada en 1742, declaraba a Don Manuel Garulo defraudador, condenándole a pagar 156 libras.
Ya en diciembre de 1760  nuevamente el almacén de la salina necesita de diferentes reparos para “impedir la introducción de las aguas y que no se han podido encerrar en el las 2.200 fanegas que se han  fabricado este año, por lo que están a la inclemencia y expuestas a robos y mermas”. Constan como administrador de las Salinas en aquellos años Don Juan Garulo Blanquer –hijo de Don Manuel Garulo y hermano del presbítero Victoriano- y como Fiel Interventor, Cristóbal de Algarra, con la obligación, impuesta por la nueva normativa, de poner un Arca de Intervención con dos llaves para guardar los caudales del salero.
De la conjunta representación funcionarial de Garulo y Algarra surgirá el parentesco a través del matrimonio de Manuel Garulo e Isabel Algarra. No hemos podido documentar los pormenores del enlace, pero de éste surgirán los últimos Garulos calpinos: Manuel, Mariano, Alejandro, Cristóbal, José y  Silveria Garulo Algarra, sin descendencia los varones, quienes ostentarían pequeños cargos en la administración municipal durante la primera mitad del siglo XIX.
Por resolución real dictada el día 12 de Abril de 1787 se ordenaba que: “ès mui útil, y beneficioso à la Real Hacienda, y à la Villa de Calpe, el que desde luego se inutilice, y extinga la Salina de su termino, allanándola por quenta de la Renta, de modo que se dè corriente à sus aguas, sin peligro de que el revalso de ellas pueda perjudicar à la salud publica, ni aprovecharse de la muera para uso alguno”.
Con esta disposición se ponía fin a la centenaria explotación salinera calpina, orden que se verificó a través del Visitador General de la Real Renta de Salinas Don Juan Pérez de Lazarraga, quien asistido de un escribiente interino y de un ayudante, contrató cuadrillas de peones y “en 32 días útiles de trabajo he logrado enteramente la destrucción y allanamiento a la referida fabrica, con la mayor perfección, hasta dejar el terreno, o sitio, en la propia disposición que crió naturaleza, e igual a la altura de los campos a su circunferencia, de forma, que quedando como queda, bien cerrada la acequia o conducto, por donde se introducían las aguas en la salina; y que las del invierno las consumirá la tierra". Esto sucedía en el mes de Agosto de 1787.
La influencia y notoriedad de los Garulos calpinos se extinguían al mismo tiempo que lo hacía la explotación salinera de Calpe. No pudo la vida de esta estirpe familiar estar más ligada a su existencia.
José Luis Luri Prieto

Mariano Ortiz Santamaría

Mariano Ortiz Santamaría
Mariano Ortiz Santamaría nace en 1861 en la vecina población de Altea, hijo de Jaime Ortiz y de Amparo Santamaría, casado con la calpina María Avargues Pastor, oriunda de la partida de la Ermita Vella en Oltá. Hija de José A. Avargues Santacreu y Clara Teresa Pastor.
Mariano y María se establecieron en la partida de la Cabalga muy cerca de la playa de la Fosa en Calpe. Allí explotan una finca de 9.972 metros cuadrados, la mitad dedicada a pastos y el resto en su mayor parte de algarrobos, higueras y olivos.
El matrimonio tuvo dos hijos Amparo Ortiz Avargues ( 1890-1959) y José Antonio Ortiz Avargues (1897-….) que falleció en la Argentina.    
Pedro Pastor en su libro Calpe, Gentes y Hechos nos cuentaA finales del pasado siglo existía en Calpe un hombre llamado Mariano Ortiz, popularmente conocido como el Ti Mariano, que era extraordinariamente grandote, de una figura anatómica descomunal. Decían que calzaba “un 48 de zapatos”. Y contaban que por tan enorme corpulencia y desmesurada fuerza, solía imponer la “ley del más fuerte”, especialmente cuando tomaba dos copas de más, y esto, en este hombre era bastante normal. Pero lo paradójico es que, según cuentan, estando sereno era apacible y bonachón.
Lo cierto es que, en aquellos casos es que se encontraba “alegre”, si invitaba a algún presente en el bar a tomar una copa, era obligado aceptar, a las buenas o a las malas, pues arriesgaba que Mariano le vertiera en el rostro el contenido de una copa de licor. Esto era lo mínimo que podía ocurrir. Algunas veces, por lo visto, se producía un altercado. Este hombre en tales circunstancias era temerario. Así pues, unos por tolerancia pasiva y otros por miedo, preferían siempre dejarlo hacer o marcharse del lugar para evitar contiendas. Aunque, eso sí, con el natural resentimiento y profundas rabia por dignidad personal y amor propio.
Tales incidencias solían agravarse cuando tenían lugar fuera de Calpe. Y como botón demuestra se cita lo que le sucedió en Vergel, a donde, por causa del mal tiempo en el mar, tuvo que hacer arribada forzosa la embarcación de pesca a vela- parella- en la que iba embarcado como marinero este personaje con otros pescadores de Calpe.
A un reducido grupo de vegelenses que se hallaban en un bar de dicha población cuando el Ti Mariano entró esa noche con algunos compañeros de la tripulación, les quiso obligar por los referidos medios a tomar unas copas. Algunos de estos hombres aceptaron la invitación, pero otros, en cambio, se negaron a hacerlo, a pesar de su insistencia. La consecuencia fue que Mariano, siguiendo su inveterana costumbre, les vertió el contenido de sus respectivas copas sobre el rostro.
De momento no pasó nada, pero al cabo de unos días aparecieron en Calpe en una tartana cinco o seis hombres de Vergel – y se ha de suponer que serian los mismos que resultaron ultrajados y burlados en dicha ocasión- dispuestos, por lo visto, a saldar su cuenta con nuestro hombre, o sea, a “despacharlo”.
Preguntaron al entrar en Calpe por el domicilio de Mariano a algún vecino, e intuyendo éste que no venían en “son de paz”, alertó diligentemente a sus familiares. De esta forma pudo esconderse durante unos días hasta que se supo que aquellos forasteros habían ya marchado del pueblo, y, por tanto, ya no existía peligro alguno de momento. Así pudo evitarse el encuentro que, con toda seguridad, hubiera sido para el desafortunado.
El mencionado incidente le valió al Ti Mariano para que, en lo sucesivo, hallándose fuera de Calpe, anduviera con más cautela en tales provocaciones. Pero no varió en cambio su comportamiento en su pueblo. Cuando tomaba dos copas de más, imponía su “mando y ordeno”.
Y de ahí que, un buen día, un mal día cabe mejor decir, tuvo lugar un incidente de esta naturaleza, que acabó en tragedia. Había aquí en Calpe un hombre pequeño, enjuto de carnes, que solía ser siempre la victima propiciatoria del Ti Mariano. Recibía muy a menudo burlas y vejámenes del “gigante”, que abusaba de diminuta constitución física. Este era el Ti Pere Mulet, menudo, de corto genio y “mucha pólvora”, que sentía vivos y viejos deseos de venganza. Continuamente, y en público, decía con pronunciamiento algo tartaja “Promte matarem el borrego gros”. Y otras frases por el estilo, haciendo clara alusión al Ti Mariano.
El ti Pere se hallaba en el casino ubicado en el piso alto del inmueble conocido por “el Sindicato” y también por “la Hermandad”, en la calle Mayor, con otros vecinos, tranquilamente cuando llegó Mariano, quien tras tomar unas copas arremetió como de costumbre contra aquel hombre, cuyas aludidas promesas de matarle conocía, y que por lo visto le causaban risa.
En esta ocasión la mofa y denotación fueron por lo visto desorbitados, y el Ti Pere insinuó, de momento, su decisión de marcharse para evitar como otras veces el incidente. Pero no fue así. Salió del local y volvió al poca rato con un revolver en el cinto, camuflado con la blusa negra y larga que entonces se usaba. Subió las escaleras y al llegar al último peldaño, encañonó el arma hacia el “Goliat”, dispuesto a “eliminarlo”. Pero,-tal vez por casualidad-, se encontraba junto a Pere Mulet otro vecino y amigo de Mariano, que pudo desviar el tiro y alertó a este diciéndole:¡Cuidado Mariano!. El Ti Pere marró el tiro, y Mariano, acercándose a él con el puño cerrado, le asestó un golpe en la cabeza con toda la furia y rabia, y nuestro pequeño hombre cayó al suelo muerto, seguramente de traumatismo craneal.
Es casi obligado pensar que el Ti Mariano intentaría con este puñetazo darle “una buena lección” al Ti Pere Mulet, pero la realidad es que la victima halló la muerte al momento.
Este grandote calpino, sin la menor perdida de tiempo, y aprovechando que las fuerzas del orden por aquellos tiempos eran prácticamente nulas en los pueblos, puso tierra por en medio. Marcho a la Argentina, en cuya capital, Buenos Aires, residía desde unos años antes un hijo suyo. Allí permaneció hasta el final de su vida nuestro personaje, sin volver a Calpe”
Los sucesos acaecidos en la navidad de 1897 en que Mariano le produjo las graves lesiones que llevaron a la muerte a Pere Mulet Boronat fueron el detonante para la huida de Mariano a la Argentina para evadir la justicia española.
 
Reseña de prensa que contradice las varias versiones existentes.
En los documentos que presentamos no se especifica si Mariano huyó inmediatamente o después de que Pere Mulet falleciera a los pocos días. En la relación de gastos del documento fechado el 31 de Diciembre de 1897 se especifica el transporte de varias personas al juzgado comarcal de Callosa de Ensarriá. Entre ellos a José Roselló y al alguacil (y varios hombres) José Bertomeu Oriola cuñado del propio Mariano, lo cual da que pensar que trasladaron a Mariano al Juzgado y que su cuñado, como responsable del traslado, le facilitó posiblemente la huida.
 
 
Cuando sucedió el conflicto con el Ti Pere Mulet ya Mariano era viudo (su mujer María había fallecido ese mismo año durante una epidemia de viruela) y al huir tuvo que dejar a sus hijos que eran muy pequeños (Amparo contaba con 9 años y José Antonio con muy pocos meses) con la familia de su madre, los José Bertomeu Avargues (el Ti Pepe Benitet) hijo del alguacil José Bertomeu Oriola. A los pocos años se estableció en Rosario (Santa Fé) y mando a buscar a su hijo José Antonio que contaba 17 años. Fue José Bertomeu el que personalmente firmó la autorización del hijo de Mariano para que pudiera embarcar rumbo a la Argentina. Su hija Amparo ya se había casado con Pedro Ferrer Escortell ( nacido en 1881) conocido por el apodo del Ti Pere els Burros. Amparo por no desamparar a su suegro que en aquellos años estaba a su cargo, decidió no seguir los pasos de Mariano y de su hermano José Antonio. Padre e hija jamás volvieron a verse.
 
Por la documentación a la que hemos tenido acceso, podemos deducir que la versión por la cual Mariano había matado de un puñetazo a Pere Mulet, no es la correcta. Si el herido presentaba heridas de arma blanca en la cabeza, lo más seguro es que Pere fuera a su casa y cogiera un hacha con la que atacaría por la espalda a Mariano, con tan mala fortuna que este se la quitó e hirió gravemente a su atacante. En aquellos años era muy normal el que las heridas lo fueran con las propias herramientas que se usaban en las labores del campo, ya fueran hachas, azadas u otras herramientas.
Años más tarde, Amparo (conocida como “Amparo la Coma”) viuda y sola en una casa en las afueras de Calpe cayó gravemente enferma y su primo Miguel Ivars Avargues se hizo cargo de ella hasta el fin de sus días. Amparo deja este mundo el 19 de Junio de 1959.
Mariano Ortiz muere el 29 de Mayo de 1924 en su domicilio de Santa Fé a los 63 años de una neumonía.

Andrés Ortolá Tomás
 

LA VENTA "LA CHATA"

Hasta hace apenas unas pocas décadas, muchos alicantinos huérfanos de autopista, encontraron lugar para hacer un alto en el camino en esta popular venta, situada entre las poblaciones de Calpe y Benissa.
¡Qué interminables y tortuosos se hacían los viajes de entonces!

El mismo año que moría la tía, el servicio de viajeros y correos que se detenía en la venta, pasó a prestarse por una compañía de diligencias que partían desde Ondara con dirección a Alicante. Las protestas de los usuarios eran continuas por la falta de puntualidad del horario de servicio, y la gran polvareda levantada por las condiciones del servicio, y estado de las tartanas que en muchos casos adolecían de cristales. El accidentado paso del Collado de Calpe, junto al Mascarat, obligaba a abandonar el carruaje pues debido a los numerosos accidentes, la subida y bajada del puerto debía de realizarse con el pasaje a pie; esto no da idea de lo accidentado y penoso del trayecto.
En este mismo año se realizaron las obras de habilitación de un camino interino para salvar la dura ruta del Mascarat, aunque, las circunstancias no mejorarían hasta 1885, en que fue construido el puente y los túneles del impresionante estrecho. Un año más tarde el puente sería derrumbado por una fuerte avalancha de aguas motivada por un gran temporal.

Miguel Cabrera Femenía, nacido en 1841 del matrimonio de Francisco y Josefa se hizo cargo del negocio familiar, explotando el negocio como Venta de Cabrera, según aparece en el Plano de Coello, publicado en 1859. Miguel casó con Josefa Bañuls Bertomeu «del Pí», emparentada con los Bañuls de la Cometa. Francisco Cabrera Bañuls, nieto de los dueños originarios, mantuvo la venta en uso durante todo el primer tercio del siglo XX, simultaneando su dedicación con las labores propias del campo, ya que el establecimiento se encontraba edificado sobre un trozo de tierra arbolada de unas quince hanegadas.

A pesar de la falta de antecedentes documentales, incluso de origen familiar por tradición oral, podemos imaginar por las imponentes portaladas que aún se conservan, que la Venta debió de tener su importancia, estando acondicionada para albergar carros y tartanas de cierta envergadura. Sabemos que fue parada de postas, depósito de correos, y que tras sucesivas reformas y ampliaciones mejoró sus servicios para acomodarse a los nuevos tiempos. Originariamente ofrecería calor de hogar y refrigerio para transeúntes, pues sus alcobas serían contadas, sus dimensiones exiguas, y el trato sería el familiar propio de un establecimiento dispuesto para un limitado número de huéspedes.
Durante su larga vida, sería lugar de cita para el veterinario, el herrador y el maestro de aixa, profesiones ligadas a la vida propia de un albergue sometido al trasiego de viajeros, carruajes y caballerías.

En 1905 el servicio no había mejorado en demasía, y era cubierto por la empresa de coches diligencia del Vergel, que prestaba comunicación hasta la capital alicantina. Las quejas eran constantes en cuanto al precio del pasaje, rapidez y calidad de los vehículos. Pequeños empresarios de Benissa, y Altea se combinaron para ofrecer una prestación alternativa a lo que la compañía del Vergel respondió con fuertes reducciones en los precios. Eliminada la competencia de pasajes fueron debidamente incrementados. El horario de las diligencias provocaba continuas molestias y gastos a los viajeros pues las interminables paradas del trayecto extendían la duración del mismo, de Calpe a Alicante, a más de 12 horas. El precio del billete excedía las 4 pesetas.

Hasta la instalación del tren de la Marina en 1915, el transporte de la correspondencia lo realizaba la diligencia, que pasaba por la venta sobre las tres de la madrugada, en dirección a Alicante procedente de Vergel, hasta cuya localidad habían sido transportados correo y pasajeros por el tren Valencia- Denia. A las doce de la mañana pasaba otra diligencia en sentido contrario. El encargado de recoger y llevar la saca de la correspondencia de Calpe subía para tal fin- andando- a dicho lugar con su bolsa de cuero y una "media de veinte cartas diarias".
Hoy el establecimiento continúa abierto al público, dirigido por los descendientes directos de los dueños originales. Su jardín romántico y sus entrañables y añosas salas, siguen siendo retiro acogedor para el solaz de espíritu. La centenaria venta de la Chata ha sido testigo mudo durante algo menos de dos siglos del trasiego incesante del camino. Y en este punto de conexión entre la larga vía que transcurre y pasa, y la todavía blanca fachada que sienta y permanece, se disparan hoy, virtualmente, las incontables y eternas imágenes de sucesos olvidados y personas desaparecidas. Ese camino que antaño fuera angosto y polvoriento, es en la actualidad una importante y moderna arteria plena de velocidad y ruido.
A muchos nos sobrevivirá si no a todos, al amparo del propio camino que la vio nacer y que dio sentido a su existencia.

José Luís Luri Prieto

 

El sufragio femenino

El sufragio femenino
Primo de Rivera demostró un interés paternalista por los derechos de la mujer e hizo determinadas concesiones (leyes de protección al trabajo, facilidades para cursar estudios universitarios, cargos en el gobierno municipal) que, a pesar de todo, dejaban básicamente inalterada su posición. Aunque es de justicia señalar que fue la dictadura la que concedió los primeros derechos políticos a las mujeres. El Estatuto Municipal (1924) otorgaba el voto a las mujeres en las elecciones municipales con muchas restricciones: sólo podían votar las emancipadas mayores de 23 años, las casadas y las prostitutas quedaban excluidas. Luego, con motivo de un plebiscito, organizado por la Unión Patriótica para mostrar adhesión al régimen en el tercer aniversario del golpe, se permitió emitir el voto a los españoles mayores de 18 años sin distinción de sexo. Por último, en la Asamblea Nacional, constituida en 1927 en un intento de recubrir al régimen con un ropaje pseudodemocrático, se reservaron algunos escaños para mujeres elegidas de forma indirecta desde ayuntamientos y diputaciones.

Si el divorcio fue objeto de mucha controversia, no le quedó a la zaga el derecho de la mujer a votar. El Gobierno provisional, en un decreto de 8 de mayo de 1931, concedió el voto a todos los hombres mayores de veintitrés años y declaró que las mujeres y los curas podían ser elegidos para ser diputados. En las elecciones celebradas en junio de aquel año fueron elegidas dos mujeres diputadas, Clara Campoamor (Partido Radical) y Victoria Kent (Izquierda Republicana): dos mujeres de un total de 465 diputados. A finales de aquel mismo año otra mujer diputada, Margarita Nelken (Partido Socialista), ingresó en las Cortes. De las tres, Clara Campoamor, abogada, fue la más asidua defensora de los derechos de la mujer y desempeñó un papel importante en el debate acerca del sufragio femenino.


El anteproyecto sólo había dado el voto a la mujer soltera y a la viuda, propuesta que defendió A. Ossorio Gallardo sobre la curiosa base que,
"hasta que los maridos estuviesen preparados para la vida política, el sufragio femenino podía ser una fuente de discordia doméstica". En general, sin embargo, la oposición a conceder el voto a la mujer, casada o soltera, estaba basada en el temor a que no estuviese todavía lo suficientemente independizada de la Iglesia y su voto fuese en su mayor parte derechista, poniendo así en peligro la existencia misma de la República. Aunque Jiménez de Asúa compartía dicho temor, pensaba que la conveniencia política no debía justificar que se negase un derecho legítimo que sería utilizado juiciosamente por aquellas mujeres económicamente independientes y conscientes de sus responsabilidades sociales. Otros estaban menos dispuestos a aceptar el riesgo. Los republicanos de izquierda, radicales y radicales-socialistas fueron los que más se opusieron. Los radical-socialistas presentaron una enmienda el 1 de septiembre de 1931 para restringir los derechos electorales exclusivamente a los hombres. Al día siguiente, el doctor Novoa Santos proporcionó argumentos biológicos para dar fuerza a los argumentos de conveniencia política: "a la mujer no la dominaban
la reflexión y el espíritu crítico, se dejaba llevar siempre de la emoción, de todo aquello que hablaba a sus sentimientos; el histerismo no era una simple enfermedad, sino la propia estructura de la mujer".

 El 30 de septiembre, cuando se volvió a discutir la cuestión, se echó mano del ridículo para complementar a la biología. Hilario Ayuso entretuvo a la concurrencia con un discurso trivial en defensa de una enmienda de Acción Republicana que proponía que les fuesen concedidos los mismos derechos electorales a los hombres mayores de veintitrés años y a las mujeres mayores de cuarenta y cinco, basándose en que la mujer "era deficiente en voluntad y en inteligencia hasta cumplir dicha edad". Al entrar en el Congreso le salieron al paso las mujeres de la ANME, que estuvieron presentes en todos los debates y distribuyeron octavillas entre los diputados conminándoles a apoyar el sufragio femenino. Los radicales propusieron una enmienda con el fin de que se omitiera la palabra mismos en el artículo que rezaba: "Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes". Guerra del Río, defensor de la moción, arguyó que tal modificación permitiría a las Cortes conceder el voto a la mujer en una ley electoral que podría ser revocada si la mujer votaba por los partidos reaccionarios. La enmienda fue rechazada (153 en contra, 93 a favor), pero los radicales y radical-socialistas que habían votado sin someterse a la disciplina de partido pronto se arrepintieron, y El Heraldo (1 de octubre de 1931) recogía los rumores de un intento de última hora de pactar con los socialistas. Probablemente se satisfará el deseo de los socialistas de conceder el voto masculino desde los veintiún años y, a cambio de eso, se condicionará el voto a la mujer. Los socialistas rechazaron el pacto y el debate continuó al día siguiente.

El hecho de que Clara Campoamor defendiera el sufragismo femenino y de que Victoria Kent se opusiera provocó muchas burlas. Azaña describió la sesión "como muy divertida". Informaciones (1 de octubre de 1931) comentaba "dos mujeres solamente en la Cámara, y ni por casualidad están de acuerdo", y La Voz (2 de octubre de 1931) preguntaba medio en broma medio en serio: ¿qué ocurrirá cuando sean 50 las que actúen?. En el debate del día 1 de octubre de 1931, Victoria Kent propuso que se aplazara la concesión del voto a la mujer; no era, decía, una cuestión de la capacidad de la mujer, sino de oportunidad para la República. El momento oportuno sería al cabo de algunos años, cuando las mujeres pudiesen apreciar los beneficios que les ofrecía la República. Clara Campoamor replicaba diciendo que la mujer había demostrado sentido de la responsabilidad social, que el índice de analfabetos era mayor en los hombres que en las mujeres y que sólo aquellos que creyesen que las mujeres no eran seres humanos podían negarles la igualdad de derechos con los hombres. Advirtió a los diputados de las consecuencias de defraudar las esperanzas que las mujeres habían puesto en la República:

 Clara Campoamor
"No dejéis a la mujer que, si es regresiva, piense que su esperanza estuvo en la Dictadura; no dejéis a la mujer que piense, si es avanzada, que su esperanza está en el comunismo". Guerra del Río aplaudió los sentimientos expresados por Clara Campoamor, quien, según él, servía de portavoz de lo que siempre fue, es y será mañana ideal del Partido Republicano Radical: la igualdad absoluta de derechos para ambos sexos. Sin embargo, siguió diciendo, los radicales pensaban que era prematura la inmediata concesión del voto a la mujer, y por tanto votarían en contra. Ovejero, en nombre de los socialistas, dijo que, aunque sabían que existía la posibilidad de perder escaños en las próximas elecciones, eso no tenía importancia comparado con la educación política de la mujer española; querían el sufragio femenino para llamar a la conciencia de la mujer y convertirla en cooperadora eficaz del resurgimiento español. Cuando el artículo 34 - que establecía la equiparación de derechos electorales para los ciudadanos de uno y otro sexo mayores de veintitrés años - fue finalmente aprobado por 161 votos a favor y 121 en contra, se produjo un clamor: La concesión del voto a las mujeres, acordada ayer por la Cámara, determinó un escándalo formidable, que continuó luego en los pasillos. Las opiniones eran contradictorias. El banco azul fue casi asaltado por grupos de diputados que discutían con los ministros y daban pruebas de gran exaltación. (La Voz, 2 de octubre de 1931). Votaron a favor: el Partido Socialista (con alguna sonada excepción como la de Indalecio Prieto), la derecha y pequeños núcleos republicanos (catalanes, progresistas y Agrupación al servicio de la República); en contra, Acción Republicana, y los radical-socialistas y radical (con la excepción de Clara Campoamor y otros cuatro diputados).
Indalecio Prieto, quien había intentado persuadir a sus compañeros socialistas de votar en contra del artículo o abstenerse de votar, gritó que aquello era
una puñalada trapera para la República. Los radical-socialistas declararon que ya no harían más concesiones en la cuestión de las relaciones entre la Iglesia y el estado y amenazaron
"con no dejar un cura vivo en España".

Victoria Kent
Una táctica que Marañón describió como una confesión de cobardía y de falta de autoridad en los políticos de izquierda sobre sus mujeres e hijas (El Heraldo, 2 de octubre de 1931). Como si se quisiese asegurarse de que no faltara ningún elemento de la farsa grotesca en este esperpento de la vida real, El Sol (2 de octubre de 1931) informaba así de la aprobación del artículo 34: La galantería logró un triunfo indiscutible. Virtud española que perdura, para bien del "qué dirán", pese a ciertos jacobinismos que nos sacuden. Pase lo que pase - hay quien asegura otro 14 de abril al revés - resultará lindo que los poetas del futuro canten en sonetos a este 1931, en que los hijos de España se jugaron a cara y cruz un régimen por gusto de sus mujeres. El triunfo del 1 de octubre, sin embargo, no fue definitivo. En la sesión del 1 de diciembre, Peñalba (Acción Republicana) propuso una enmienda que permitiría a las mujeres votar en las elecciones municipales, pero no en las nacionales hasta que los ayuntamientos se hubiesen renovado por completo. Si la enmienda hubiese prosperado, las mujeres se habrían quedado todavía sin voto en 1936. El último intento se produjo en diciembre de 1932 cuando el gobierno anunció su intención de convocar elecciones parciales para cubrir las vacantes en Cortes. Finalmente, las elecciones parciales no llegaron a producirse.


Las primeras elecciones en las que participaron las mujeres fueron las de 1933, e inevitablemente se les echó la culpa de la victoria de la derecha. Era, sin embargo, una conclusión superficial. Aún aceptando que una parte del electorado femenino hubiera podido influir en el resultado favorable a las derechas de los comicios del 33, si se sumaban todos los votos de izquierda emitidos en esas elecciones todavía superaban a los de los conservadores. Se trataba sobre todo de un problema de estrategia y unidad, como se encargaría de demostrar las elecciones de febrero de 1936 con el triunfo del Frente Popular.
En todo caso, las tesis sufragistas acababan de anotarse un triunfo en España. La concesión del voto, como la del divorcio, fueron logros de la mujer en el periodo republicano, pero logros tan efímeros como el propio régimen que los había posibilitado. La Guerra Civil y el nuevo Estado impuesto tras la victoria de las fuerzas franquistas el 1 de abril de 1939 darían al traste con todo lo conseguido. Habría que esperar al cierre de ese largo paréntesis de 40 años para que las mujeres recuperaran el punto de partida que significó la conquista del voto en 1931.
Autores varios.
Recopilación material
Andrés Ortolá Tomás


ELECCIONES A DIPUTADO PROVINCIAL CALPE 1871

 

ELECCIONES A DIPUTADO PROVINCIAL

 CALPE 1871


Hemos localizado en un lugar imprevisible, en un cajón sin catalogar del Archivo Histórico Municipal de Benisa, un documento excepcional. Excepcional, si cabe, por la total escasez de fondos testimoniales del pasado político de nuestro pueblo. No hemos dudado en extraer de este expediente una interesante información que, cotejada a la luz de otros hallazgos, nos permite alumbrar algunos aspectos de la vida pública municipal de la época que pasamos a detallar.
Se trata de los listados de electores y actas de elecciones para el nombramiento de diputado provincial, candidatura de don Joaquín Feliu Rodriguez de la Encina, benisero- dueño entre otras fincas calpinas, de la Casanova- celebradas en Calpe en los primeros días de Febrero del año 1871.
En este momento de la historia local, por los antecedentes que manejamos, podemos distinguir tres grupos políticos, intuimos que no demasiado bien avenidos y que se desenvuelven con continuos cambios en la ostentación del poder municipal.
Por una parte se encuentra una facción republicana, representada por la familia Ortíz, Juan Ortíz Crespo ya fue alcalde en el año 1856. El comité republicano lo presidirá su hijo, Jaime Ortíz Garcelá, en la línea de Castelar y Pi y Margall, en 1873. La facción local llevará a la alcaldía a Juan Femenía Boronat “Pelat” en 1869; éste último fallecería poco después.
Una segunda postura, no tan fácil de determinar, quizá próxima a la Unión Liberal de O´Donnell, es representada por Pedro Pastor Roselló, “Pere, el Rich”, quien en distintos momentos ve unido su nombre a don José Cerdá Pérez, abogado y secretario municipal, Bartolomé Crespo Ferrer “Canals”, José Boronat Garulo, y el depositario José Garulo Algarra.
Por último, el grupo encabezado por los “Señorets” de Calpe, monárquicos progresistas, más pragmáticos que ideólogos, representados por los hermanos Pedro y Francisco García Mulet, el primero alcalde en 1871, y arropados por los principales miembros de las familias Sala de “Terrasala” y Mulet “Bolets”. Debemos resaltar que es aventurado encasillar con trazo firme individuo e ideología, pues si en algo se caracteriza el pensamiento político del XIX, es en su contradicción y mimetismo. De hecho, Pedro García Mulet está casado con Josefa Ortíz Garcelá, hermana de los Ortices republicanos.

Tras esta introducción nos parece oportuno reflejar los niveles de renta de los vecinos calpinos más adinerados entre los años 1840 y 1885, pues resultará gráfica la aportación, a pesar del lapso, en el desarrollo del escrito pertinente a acontecimientos de 1871. La nómina reza así:
Pedro Pastor Roselló: labrador hacendado del Corralet, 63 años, ostenta la alcaldía en 1870, y se constituye como principal contribuyente de Calpe, con una renta de 166,36 pts, en 1885. Su abuelo paterno es el segundo mayor contribuyente en 1840. Miembros de la familia han ostentado cargos públicos municipales desde antiguo.
Pedro y Francisco García Mulet: labradores terratenientes, los “señorets”, de 36 y 49 años respectivamente; sus rentas en 1885, sumadas, alcanzan la cantidad de 267 pesetas. Su padre fue alcalde de Calpe en 1862. Pedro García es el alcalde de 1871, repetirá en 1874, y lo volveremos a encontrar en el sillón consistorial posteriormente, en 1893.
Pedro y Antonio Boronat Perles: Hacendados, de 57 y 52 años, labradores, hijos de Pedro Boronat Rostoll, 6º mayor contribuyente en 1840. Juntos alcanzan una renta en 1885 de más de 200 pesetas.
José Cerdá Pérez: abogado de Altea, emparentado con los Zaragoza, de quien hereda extensas fincas vía matrimonio. De 45 años, cuenta con una renta de 128 pesetas anuales.
José Martinez Boronat: Hacendado de 55 años, heredero de los bienes de Josef Martínez, está casado con un miembro de la familia Sapena Crespo. Su cuñado, Juan Sapena “Paquero”, es un labrador acomodado -cuenta con 54 pts de renta en 1855- arrendador durante años de una tienda municipal de comestibles.
José y Vicente Sala Narbó: Abogado y hacendado respectivamente, de 54 y 48 años, herederos del principal contribuyente calpino en 1840, Pedro Sala Crespo. Vicente, en 1885, cuenta con una renta de 111 pesetas. El cuñado de José Sala Narbó, José Boronat Garcelá, disfruta de una renta de 62 pesetas, y también se incluye en la nómina de individuos políticos activos en los asuntos locales.
Los hermanos Ortiz Garcelá: hijos de Juan Ortíz Crespo, republicanos, José, Baldomero, Jaime y Domingo, herederos del patrimonio familiar de su abuelo, Domingo Ortíz Serra, 6ª mayor contribuyente calpino en 1840.
Bartolomé Crespo Ferrer: hacendado y secretario municipal, ascendiente de la familia “Canals” de Calpe, de 69 años.
Los Tur de la Cometa: José Tur Pastor e hijos, José y Pedro, que suman una renta en 1885 de unas 240 pesetas. Cuentan con protagonismo importante en el devenir histórico consistorial, adheridos a ideas conservadoras.
Los Mulet Guillem: hermanos hacendados, apodados “Bolets”, herederos de los bienes de Bautista y José Mulet Boronat. Francisco Mulet cuenta con una renta de 50 ptas en 1885.
Todos estos personajes residen principalmente en la calle Mayor de Calpe, o en las nuevas edificaciones de la calles Calvario o del Mar. Se constituyen en la pequeña oligarquía local que maneja los asuntos consistoriales. Nos remitimos al estudio de contribuyentes y renta del siglo XIX, recogido en nuestro primer tomo, páginas 103 a 110.

Las diferencias políticas de estos individuos agrupados en las tendencias señaladas, no debían deberse únicamente a ideologías políticas, sino a cuestiones de simpatía e intereses económicos, pragmatismo, lazos familiares y rivalidades históricas. Buena prueba es la exclusión de las listas electorales de 1863, de los electores, Bautista Mulet, Francisco García Mulet, Francisco Sala Narbó –padre de Jaime Sala Perles- Jaime Boronat Garulo, José Martínez Boronat y José Sala Narbó; exclusión practicada por no liquidar los derechos sobre los 400 reales de contribución exigidos con un año mínimo de antelación. Parece que nos encontramos ante una maniobra política, pues como veremos a continuación dichos apellidos van claramente ligados en los acontecimientos que prosiguen.
Retornando al desarrollo de las elecciones a diputado de 1871, primeramente indicaremos que la corporación municipal de ese año, constituida en el mes de enero de 1870 se encontraba presidida por Pedro García Mulet, y los ediles Juan Ivars Sala “Mola”, Juan Sapena Crespo “Paquero”, Jaime Sala Perles “Terrasala”, Pedro Ferrer Signes “Sordet”, Bautista Mulet Boronat ” Bolet”, y su hijo Antonio Mulet Guillem. Dicha corporación fue elegida con el voto de 117 electores sobre un censo de 410. La participación fue de un 28,53%, con un amplio abstencionismo.
El distrito municipal de Calpe contaba con tres colegios electorales: la Casa Consistorial, la casa particular de Francisco García Mulet, sita en la calle del Mar nº 17, y la de Pedro Boronat Perles, calle del Calvario nª 28. Según la legislación electoral vigente, cada colegio debía contar con un presidente interino, que coincidía con el propio alcalde o regidores síndicos. De acuerdo al procedimiento, las elecciones se desarrollaban durante cuatro jornadas: la primera para constituir las mesas electorales, y las otras tres para que los electores pudiesen ejercitar su derecho de voto. Los colegios se abrían a las nueve de la mañana y se cerraban a las tres de la tarde.

Durante la primera jornada de constitución de las mesas, estas se asociaban a la comparecencia de los electores que desearan formar parte de las mismas, votándose a cuatro, los dos de mayor y menor de edad de los presentes; por ello, esta presencia presuponía la intención y deseo del elector a presentarse para su participación activa en el proceso, y su calidad legal en la constitución de la mesa, dependía del número de votos percibidos por los votantes presentes a lo largo de la primera jornada. Veamos por mesas lo que sucedió este 1 de Febrero de 1871:
COLEGIO PRIMERO CASA CONSISTORIAL SECCIÓN ÚNICA
  Nº ELECTORES 138.
Correspondía a los vecinos residentes en la Plaza de la Iglesia, y calles de la Villa?, Constitución, Mayor, Torreones, Cristo, Soledad, Hospital, y cuartel del Este.
 
Presidente interino del Colegio
 Antonio Mulet Guillem, regidor síndico.
Comparecientes por edades, los dos más viejos y los dos más jóvenes, son:
Bartolomé Crespo Ferrer, 69 años.
Miguel Pastor Boronat, 57años.
José Garulo Algarra, 55 años.
Mariano Rodrigo Garulo, 49 años.
Durante este primer día se recogen las votaciones para la constitución de mesa, y en las seis horas pertinentes se verifican 21 sufragios con los siguientes resultados:
 
Antonio Boronat Perles, 21 votos, Presidente de mesa electo.
Miguel Pastor Boronat, 18 votos, secretario escrutador.
José Garulo Algarra, 3 votos, secretario escrutador.
Mariano Rodrigo Garulo, 3 votos, secretario escrutador.
Nótese que Bartolomé Crespo Ferrer, secretario municipal del consistorio anterior, queda apeado de la mesa electoral. A la constitución de mesa comparecen cuatro miembros de la familia Mulet “Bolet”, Bautista Mulet Boronat, su hermano Francisco, y los hijos del primero, Antonio y Francisco. A favor del presidente vota su hermano, Jaime, los Sala censados en su colegio, y los Roselló Perles, expulsados del censo electoral de 1863. José Garulo Algarra y Mariano Rodrigo Garulo, con sólo tres votos, eran miembros de la anterior corporación de 1969. No comparecen José Cerdá Pérez y Manuel Javaloyes Tutor, éste alcalde en 1857¿Quién de los dos es el Alcalde?, representantes de la familia Zaragoza.
 
COLEGIO SEGUNDO
 CASA DE FRANCISCO GARCÍA MULET SECCIÓN ÚNICA. Nº ELECTORES 133.
Correspondía a los vecinos residentes en la calle del Mar, Puchalt, Muro Viejo, Salamanca, San Roque, Arrabal del Mar, y cuartel del Sur.
Presidente interino del Colegio
 Pedro García Mulet, alcalde presidente.
Comparecientes por edades, los dos más viejos y los dos más jóvenes, son:
José Boronat Garcelá, 55 años.
José Fuster Castelló, 54años.
Jaime Sau Beltrán, 43 años.
Joaquín Cardona Ortíz, 29 años.
Durante este primer día se recogen las votaciones para la constitución de mesa, y en las seis horas pertinentes se verifican 30 sufragios con los siguientes resultados:
 
Francisco García Mulet, 30 votos, Presidente de mesa electo.
José Boronat Garcelá, 20 votos, secretario escrutador.
Joaquín Cardona Ortíz, 20 votos, secretario escrutador.
José Fuster Castelló, 10 votos, secretario escrutador.
Jaime Sau Beltrán, 10 votos, secretario escrutador.
El hermano del alcalde recibe la totalidad de votos, seguido de José Boronat Garcelá, cuñado de los Sala Narbó. José Fuster Castelló, secretario escrutador, será Alcalde de Calpe en 1875, teniendo como ediles a Vicente Sala Narbó, José Sala Esteve, Antonio Boronat, y Andres Femenía Tró “Pelat”.
 
COLEGIO TERCERO
 CASA DE PEDRO BORONAT PERLES SECCIÓN ÚNICA. Nº ELECTORES 150.
Correspondía a los vecinos residentes en la calle Campanario, Trinquete, Calvario, y cuarteles Norte y Oeste.
Presidente interino del Colegio
 Jaime Sala Perles, regidor síndico.
Comparecientes por edades, los dos más viejos y los dos más jóvenes, son:
José Boronat Perles, 55 años.
Antonio Pineda Ivars, 45 años.
Miguel Pastor Tur, 38 años.
Antonio Crespo Martí, 26 años.
Durante este primer día se recogen las votaciones para la constitución de mesa, y en las seis horas pertinentes se verifican 10 sufragios con los siguientes resultados:
Jaime Sala Perles, 10 votos, Presidente de mesa electo.
José Boronat Perles, 10 votos, secretario escrutador.
Antonio Crespo Martí, 10 votos, secretario escrutador.
Miguel Pastor Tur, hijo del anterior alcalde, Pedro Pastor Roselló, no percibe voto alguno, y si posteriormente se le incluye como secretario escrutador en la mesa, es por la falta de miembros necesarios para quedar ésta legalmente constituida. Por otra parte la amplia familia Pastor del Corralet no acude a emitir su voto en el día señalado. En ningún caso comparecen los miembros de los Tur y los Ortices a los procesos de constitución de mesas. La familia Ortíz acudirá en bloque a ejercer su voto en la jornada de cierre de elecciones, a diferencia de los antes mencionados Pastor y Tur que se abstendrán de participar en la convocatoria de elecciones.
Durante los días 2, 3 y 4, se desarrollan las votaciones con normalidad -no contamos con evidencia alguna que nos haga pensar otra cosa- a excepción de tres votos duplicados que no se anulan, en el Colegio Tercero.
Los resultados arrojan las siguientes cifras:
COLEGIO PRIMERO
 CASA CONSISTORIAL
Electores residentes en la Villa 106
Sufragios 47 participación 44,33%
Electores cuartel del Este 32
   Sufragios 9 participación 28,12%
Censo total de Electores: 138
Candidatura única, votos: 56 participación 40,57%
COLEGIO SEGUNDO
 CASA DE FRANCISCO GARCÍA MULET
Electores residentes en la Villa 118
Sufragios 84 participación 71,18%
Electores cuartel del Sur 15
Sufragios 3 participación 20%
Censo total de Electores: 133
Candidatura única, votos: 87 participación 65,41%

COLEGIO TERCERO
 CASA DE PEDRO BORONAT PERLES
Electores residentes en la Villa 102
Sufragios 52 participación 50,98%
Electores cuartel del Norte/Oeste 48
Sufragios 5 participación 10,41%
Censo total de Electores: 150
Candidatura única, votos: 57 participación 38%
DISTRITO ELECTORAL DE CALPE
 ELECCIONES 1871
 TOTALES
Electores residentes en la Villa 326
Sufragios 183 participación 56,13%
Electores cuarteles término 98
 Sufragios 17 participación 17,34%
Censo total de Electores: 424
Candidatura única, votos: 200 participación 47,16%
El análisis de los resultados denota la estimable participación popular, habida cuenta del amplio abstencionismo experimentado en las anteriores elecciones municipales. La influencia y ascendencia de los "Señorets" de Calpe queda patente por la capacidad de convocatoria expresada en un 71% del voto efectuado en el Colegio Segundo, casa de los hermanos García Mulet, colegio que además albergaba a la mayoría de los votantes pescadores calpinos, poco dados a quedar en tierra por tales asuntos. Estampa caciquil si cabe, todavía presente en nuestros días por la importancia del dejarse ver. Los resultados quedan mermados por la escasa afluencia de los vecinos residentes en el disperso.
La respuesta monárquico progresista local a la candidatura de Feliu es importante; muy especialmente si tomamos en consideración que en Benisa se verifican únicamente 268 votos a su favor sobre un padrón de votantes que casi triplica al calpino. Joaquín Feliu, uno de los principales terratenientes de Benisa y de nuestro término, habría estimulado a sus hacendados amigos calpinos a promover tan noble causa, la de luchar por un ideal liberal; con la apología sobre las repercusiones positivas para nuestra localidad, al contar ésta con un interlocutor directo en la toma de decisiones de la cúpula provincial.
Curiosamente, dos años después, Juan Feliu Rodriguez, hermano de Joaquín, ostentaría el cargo de diputado provincial, esta vez por el Partido Republicano.
El protagonismo de Pedro García Mulet como máximo representante político local se extenderá hasta finales del Siglo XIX, período histórico en el que el ámbito comarcal se verá políticamente determinado por las posturas conservadoras y caciquiles de don Antonio Torres Orduña.
 

ALCALDES CALPINOS DEL PERÍODO:
 
1868-1869. JUAN FEMENÍA BORONAT. Alcalde republicano. Labrador.
PEDRO PASTOR ROSELLÓ. Alcalde Popular. Labrador hacendado. Regidor síndico, Jaime Sala Perles, José Sala Narbó, secretario, José Garulo Algarra, depositario; Bartolomé Crespo Ferrer.
1870-1871. PEDRO GARCÍA MULET. Labrador hacendado. Jaime Sala Perles, José Sala Narbó, José Garulo Algarra, depositario.
1872-1873. JAIME ORTIZ GARCELÁ. Republicano. Labrador.      José Boronat Garcelá, Miguel Mengual, Francisco Pastor, Juan Pastor, Jaime Pastor
1874. PEDRO GARCÍA MULET. Alcalde Popular. Labrador hacendado.
José L. Luri Prieto